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sábado, 29 de diciembre de 2012

San Silvestre no es una meta...


SAN SILVESTRE NO ES UNA META… ES NO DEJAR DE CORRER!!!

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Allá a finales del mes de marzo, alguien me pasó un programa de entrenamiento para el móvil y un objetivo: La carrera popular de Liberty Seguros del 20 de mayo. Un 10.000.

Ahí empezó mi nueva carrera. ¡Gracias!... a la persona que me pasó el programa y a la que me envió el enlace para inscribirme.
 

Siempre he hecho deportes… menos de riesgo, he practicado casi de todo.

Bien es cierto que mis últimos 20 años habían sido más de deporte mental que físico, por lo que mi mente, y también mi físico lo había notado no para bien.

¿Tienes tiempo para dedicárselo en vez de a otras cosas?

¿Con quién quedas para hacer deporte de equipo, o de pareja o grupo?

¿Necesitas instalaciones, luz de día o artificial?
 

Un deporte que había practicado en mi juventud era el atletismo. Sin muchas cualidades, conociendo mis capacidades y mis límites, salté longitud, corría vallas y practicaba medio fondo y fondo.

Mi exiguo físico lo suplía con técnica para pasar las vallas, saltar el listón, o medir la carrera al límite.
 

El fondo era una manera de mantenerme en forma para el baloncesto, y un deporte para personas digamos que… solitarias. Sí, ‘La soledad del corredor de fondo’ es quizás uno de los mejores títulos conocidos de algo que la mayoría desconoce en su profundidad.
 

En fin, incluso en la Universidad, en campeonatos de cros, no hacía mal papel.

Hasta ahora. Algo de esquí, padel, golf, patines, un poco más de basket y, finalmente… de nuevo al fondo. 

No necesitas quedar para correr con nadie. Puedes salir a correr a horas intempestivas, las 6 de la mañana o las 11 de la noche, sin molestar a nadie ni siquiera al ritmo de tu trabajo y nadie me puede negar que es… aburridísimo!!!!!!
 

Sí, aparentemente, y sin aparentemente, correr es aburridísimo.
 

Aquí no tengo más remedio que hacer referencia a Marciano Durán y a uno de los vídeos de Youtube que más me ha emocionado en los últimos tiempos.

Quien no haya corrido una carrera popular o no conozca a nadie que lo haga, dirá que estoy loco, pero animo a ver el vídeo y que cada cual saque sus consecuencias. Esos locos que corren ¡Gracias!... a la persona que me pasó el enlace…


 
Sí, correr es aburridísimo… y además…

 
Además puede resultar ser una forma de ordenar tus horarios, tus ritmos, tus días y tus vidas.

Además ejercita casi todos los músculos y machaca casi todas las articulaciones.

Además te enseña a plantearte objetivos. No esos inalcanzables que a todos nos gustaría alcanzar, sino esos objetivos accesibles porque conocemos nuestros límites.

Además, es el mejor entrenamiento para una de las mejores virtudes que el ser humano puede desarrollar para todo, para su trabajo, para sus metas, para sus penalidades, para sus amores, para sus vidas, para sus enfermedades, para sus éxitos, para sus sueños.


Esa virtud es la PACIENCIA. ¡Gracias!... a quien me recordó esta palabra hace unos meses.

 
No puede uno plantearse el ponerse a correr y, de la noche a la mañana, hacer un 10.000 en menos de 40 mn. los chicos o menos de 45 las chicas. 

Poco a poco, cada carrera, bajas unos segundos, con suerte, si el recorrido te es favorable, algún minuto. Tienes PACIENCIA.

Para entrenar buscas lugares que tengan referencias de distancias o tiempos, aunque como sueles correr siempre por los mismos lugares, tienes que armarte de PACIENCIA para no aburrirte y abandonar. 

A veces hay sobrecargas musculares. Alguna lesión, alguna operación... Las ganas de mejorar te hacen sobreentrenar o esforzarte más de lo que el cuerpo admite como mejora. Por eso hay que tener PACIENCIA en las mejoras.

Con suerte, a los que nos sobra algo de peso, lo vemos bajar, lo que no quita que al cabo del tiempo el desarrollo de musculatura que desconocías tener o habías olvidado, te hace incrementar de nuevo la báscula. PACIENCIA.


De finales de marzo a finales de diciembre. Nueve meses, sí. Titulaba esta entrada como ‘San Silvestre no es una meta…’ Y bien podría parecerlo tras 9 meses en los que he participado en media docena de carreras populares por calles y avenidas de Madrid, en los que he corrido o caminado cientos de kilómetros, en los que me he divertido, aburrido y vuelto a divertir muchas veces y en los que me he dicho a mí mismo que lo que tenía que tener, sobre todo, era PACIENCIA.
 

Para mí, correr un domingo es un logro.

Un mes o más de espera, PACIENTE, para recorrer 10.000 metros rodeado de miles de personas que por supuesto corren más y mejor que yo… o no. 

El ritual de ir a por el dorsal, recoger la camiseta (que nunca se ajusta a tu talla), y estar media hora antes para estirar bien y evitar lesiones.
 

PACIENCIA.

 
Al final, corres durante alrededor de una hora, y cada paso que das y te acerca a la meta te amplía la sonrisa y te exprime los pulmones. Te afirma en tu locura y te persevera en tu PACIENCIA.

Y en esa rampa que puede más que tus piernas, algún ‘desconoamigo’ te anima a no parar, a respirar más hondo y a llegar a la cima porque ya queda poco. ¡Gracias!... a él o ella también.

Y cuando tus fuerzas parecen agotarse, un segundo ‘compaxtraño’ te dice que le sigas, que te lleva a su ritmo. ¡Gracias!... a él o ella también.
 

PACIENCIA.

 
¿Todo esto para qué?

Os lo diré. Basta con mirar a alguien que ha acabado 8 minutos antes que tú, cuando cruzas la meta, que te aplaude, te sonríe y te dice… ‘MUY BIEN’, o girarte 8 minutos después de haber cruzado la meta y haberte rehidratado y estirado para decirle a alguien más ‘MUY BIEN’. ¡Gracias, muchas gracias, muchísimas gracias!... a esa sonrisa. A veces no está pero te la imaginas y con eso basta.

Agradecer al que te aplaude y aplaudir a quien te agradece... ¡Cómo cambiaría el arte si todos tuviéramos este espíritu deportivo!
 
Y enormes colas para recoger el dorsal, y enormes colas para colocarte en la salida y enormes colas en la meta para devolver el chip y enormes colas en el metro para volver a tu destino.
 

PACIENCIA.
 

El teatro, la expresión, nos enseña, no sin mucho entrenamiento, que todo es efímero y que no podemos aferrarnos a algo por muy bonito que sea si no somos capaces de repetirlo o volverlo a vivir tantas veces como sea necesario de formas infinitesimalmente distintas.

Correr, me ha recordado que el teatro, la expresión, también necesitan entrenar esta PACIENCIA y no pensar que por realizar uno o dos ejercicios ya sabemos hablar mejor, expresarnos mejor, ser mejores.

Crecer, crear, creer en el teatro es una carrera de fondo.

Es muy importante saber cuál es nuestra meta, nuestro objetivo…

Antes de fin de año, antes de fin de 2013, o antes de los 60 o los 90.

Y además, más importante aún si cabe es ser conscientes de que, para lograrlo, necesitamos PACIENCIA.


Os aseguro que en los últimos 9 meses he tenido un muy buen entrenamiento de PACIENCIA y que puedo afirmar sin temor a equivocarme que nunca será bastante el entrenamiento.
 

En un ámbito donde las sensaciones, los sentimientos, hasta el sexto sentido están tan a flor de piel y donde la materia prima eres tú, te prometo que utilizaré mi PACIENCIA para lograr, cada día, mi objetivo, nuestro objetivo…

Y el objetivo es constante, no cesa. Según crecemos en nuestro círculo, crecen nuestros objetivos y nuestros límites. 

Ese objetivo, para algunos, será correr la San Silvestre 2012. Yo este año no la correré, seré PACIENTE y espero correr la edición 2013.

Y además, aunque la corriera, sé que no sería mi meta, sino un NO DEJAR DE CORRER, porque siempre tendré un objetivo más allá que será mío si lo busco solo, pero que será contigo si me convidas.


Y ahora sí que puedo decir una de las frases que me ha acompañado desde marzo en muchos escritos, incluso en el final de mi libro y de la que mucha gente quizás desconocía su origen y solo unas pocas o menos aún lo conoce en profundidad.

 
Sí, mis fieles lectores, ahora puedo decir…

 
Y NO ME CANSO!!!

 
We are searching our utopia in a continuous present continuous!!!!!
 

Aquí os espero

 
¡Hasta el próximo!






Fernando Bercebal · momento Devising Consultor · Pedagogo Teatral



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