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martes, 19 de noviembre de 2013

O... no!

O… no!
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O... no, es una forma de amanecer más de una vez al día...


De nuevo un lapsus amplio desde mi última vez…
No sé si es bueno. O…no.

No es la primera vez que leéis estas dos palabras en esta disposición en mi blog. ‘O…no’.
Es un elemento recurrente como ‘No me canso’, o ‘Pero y además’, y aparece aquí y allí.
Hoy quiero entrar en detalle en el ‘O…no’.

Sí, obviamente se trata de la predisposición al cambio.
Lo que pasa que hay distintos grados de cambio y distintos grados de ‘O…no’.

Primer Grado: Cambio estético. Cuando estamos en plena creación, en plena labor… llegado un momento, podemos cambiarle detalles a su aspecto, matices, tonalidades, pero y además, no variaremos apenas o nada el objetivo.
Será hacer esto así… O… no exactamente así, pero casi…
Lavado de cara

Segundo Grado: Cambio de objetivo. Podemos mantener la estructura de lo que hacemos o creamos, pero y además le podemos proporcionar o hacer suyo otro objetivo distinto para el que se pensó inicialmente.
Será hacer esto para eso… O… no exactamente para eso, sino para otra cosa…
Reorientación del ‘target’.

Tercer Grado: Cambio de estructura. Podemos, manteniendo el objeto u objetivo del proyecto o la creación, cambiar la estructura, los elementos básicos, los complementarios, el equipo. No se parece al principio, aunque seguimos buscando lo mismo.
Será hacer esto de esta manera… O…no exactamente de esa manera sino con otros elementos.
Reestructuración.

Cuarto Grado: Volvemos a empezar. Podemos darnos cuenta que el camino que hemos iniciado, no es lo que buscábamos o, al menos no lo que ahora deseamos y, por tanto, debemos comenzar de nuevo.
Será hacer esto… O… no exactamente esto, sino cualquier otra cosa
Partir de cero.

Todos estos cambios pueden ser parciales o radicales.
Pueden venir dados por cambios en el espacio de trabajo, el equipo, los elementos a los que tenemos o dejamos de tener acceso, las condiciones complementarias…
Y normalmente lo motiva una de estas tres circunstancias:

A · Nos encontramos con un callejón sin salida. Es como una vía muerta que nos hace dar marcha atrás hasta el anterior desvío. Una segunda oportunidad.

B · Nos cruzamos con una idea o circunstancia nueva que nos abre la mente hacia nuevas exploraciones. Es como una yema de una rama antes del siguiente nudo o bifurcación en la propia rama. No sabemos si será flor, tallo u hoja, pero nos arriesgamos a probar ese camino.

C · Recuperamos una idea que en su día abandonamos o dejamos aparte, con la buena praxis de nunca tirar nada del todo. Es como coger una carta del mazo que hemos tenido que volver a barajar y coger una carta que ya desechamos antes pero que ahora nos viene de lujo para hacer chinchón.

Esta viene a ser la explicación… O…no!

Sí, hagamos un paralelismo entre un pastelero y… otro pastelero.
Del primero hablaremos de sus pasteles. Del segundo, de sus amigos.

1º · Hago magdalenas en mi panadería. O… no, magdalenas rellenas de chocolate.
            Tengo una peña para pasarlo bien. O no, para pasarlo bien en el basket.

2º · Hago magdalenas en mi panadería. O… no, pastelillos de licor para caterings.
            Tengo una peña para pasarlo bien. O… no, para no estar solo.

3º · Hago magdalenas en mi panadería. O… no, monto una escuela de repostería con mis conocimientos de pastelería y bollería.
            Tengo una peña para pasarlo bien. O… no, busco un amigo o amiga para pasarlo bien.

4º · Hago magdalenas en mi panadería. O… no, monto una autoescuela.
            Tengo una peña para pasarlo bien. O… no, Me voy a una isla desierta y pongo un anuncio para compartirla… O… no!

Y esto viene motivado por

A · No sobrevive el negocio
            No me da nada que me llene.

B · He aprendido cosas nuevas o he conocido otras opciones que no conocía.
            Me han surgido necesidades personales nuevas.

C · Quiero recuperar sueños olvidados. Quiero volver a ser…
            Quiero recuperar sueños olvidados. Quiero volver a ser…

Tenemos que estar preparados para un ‘O… no!’ en cualquier momento y cualquier aspecto de nuestra vida.
Cambiar de gustos, de aspecto, de trabajo, de casa, de ciudad, de ideas, de personas, de vida, de sueños…

Y qué mejor banco de pruebas que nuestro trabajo creativo.
Dicen que los experimentos… con gaseosa…
Pues aprovechemos nuestros proyectos, nuestras ideas creativas, nuestra labor diaria y hagamos pequeños ‘O…no’ de vez en cuando, mínimos ‘O…no’ todos los días, enormes ‘O…no’, alguna vez…

Puede que, algún día, estemos preparados para el gran ‘O…no!’ de nuestra vida y nos debe encontrar preparados, que no nos bloquee, que no nos hunda, que no nos anule…

La próxima vez que tengas la oportunidad de un ‘O…no!’, disfrútalo, y sigue tu nuevo camino…
O…NO!!!

Y NO ME CANSO!!!

We are searching our utopia in a continuous present continuous!!!!!

Aquí os espero.



¡Hasta el próximo!

Fernando Bercebal · momento Devising Consultor · Pedagogo Teatral
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3 comentarios:

  1. Los cambios, en cualquier terreno de nuestra vida, siempre nos hacen dudar. Somos, por decirlo de alguna manera, animales de costumbres y nos acomodamos. El decidir o no realizar un proyecto, emprender una relación...nos hace que nos planteemos los pros y los contras de esto. Lo que puedes ganar o perder. Pero tanto si los realizamos como si no, siempre habrá ese arrepentimiento de no haberse atrevido a hacerlos o de todo lo contrario.

    Cualquier cambio nos hace sentirnos inseguros, pero no por ello tienen que ser necesariamente malos o buenos. Son cambios que, a veces, necesitamos en algún momento de nuestra vida.

    Gracias por tus artículos, siempre me hacen pensar en los temas que planteas.

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    Respuestas
    1. Gracias a ti.
      Es cierto que los cambios nos producen inseguridad. Y también es cierto que la primera vez que hacemos cualquier cosa, nos resulta más difícil que cuando la hacemos por vigésima vez.
      Por eso creo que, si estuviéramos acostumbrados a 'entrenar' la posibilidad del cambio de dirección, de objetivos, de matices, de estructura... en nuestra cotidianeidad creativa, nos reaultaría menos 'arriesgado' plantearnos cambios en cualquier aspecto vital.
      Y cambiar, motu propio, por mucho que queramos pensar en lo contrario, siempre es CRECER!!!

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  2. Gracias a ti.
    Es cierto que los cambios nos producen inseguridad. Y también es cierto que la primera vez que hacemos cualquier cosa, nos resulta más difícil que cuando la hacemos por vigésima vez.
    Por eso creo que, si estuviéramos acostumbrados a 'entrenar' la posibilidad del cambio de dirección, de objetivos, de matices, de estructura... en nuestra cotidianeidad creativa, nos reaultaría menos 'arriesgado' plantearnos cambios en cualquier aspecto vital.
    Y cambiar, motu propio, por mucho que queramos pensar en lo contrario, siempre es CRECER!!!

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