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jueves, 18 de octubre de 2012

¡Al final, si no lo hago yo...!

¡AL FINAL, SI NO LO HAGO YO...!Entrenamiento Creativo / Devising Training · Teatro de Creación / Devising Theatre · Pedagogía de la Expresión / Expression Pedagogy · Gestión de Grupos y Equipos / Group and Team Management · Gestión del Tiempo y el Espacio / Time and Space Management · Expresión y Teatro en ámbito educativo / Expression and Theatre in Education · Técnicas Creativas y Expresivas en ámbito de empresa / Devising and Expressive Technics in Bussiness · Drama / Drama

http://bit.ly/V9kGWO
Los curiosos, perspicaces, cotillas, creativos, informáticos, enfermos del síndrome del nanosegundo y otros especímenes similares ya habrán hecho click en el link. Es decir, habrán pulsado en el enlace.

Los que no lo hayáis hecho, don't worry! Osea, no os preocupéis.

Es un cebo que, además de serlo, lleva a un lugar bastante interesante.

Las Jornadas de Teatro y Educación organizadas por el CEFIRE de Valencia y el Postgrado de Teatro en Educación de la Universidad de Valencia.

Y allí estaré yo para aportar mi granito de arena.

A los que podáis ir o ya estéis apuntados, allí nos vemos, a los que no podáis, os quiero comentar algo que provocó el que lleve ya unos cuantos años preocupado por el tema que desarrollaré en un taller práctico durante las jornadas: Técnicas de Devising Theatre para potenciar la creatividad del grupo.

Quién de nosotros, medianamente responsable o eficiente, cuando ha tenido que desarrollar trabajos en equipo, no ha llegado a veces a un callejón sin salida donde se le ha escapado la frase '¡Al final, si no lo hago yo...!'

Y además lo peor no es decirlo... Lo peor es que al final, se hace.

Obviamente, esta actitud más que loable de personas que prefieren abordar una labor grupal que precisaría el esfuerzo de muchos, con las energías propias y únicas, para que no quede en saco roto, consiguen su objetvio a corto plazo, pero acaban apoyando la teoría de los 'escaqueadores' de que 'para qué voy a hacer nada si al final ese o aquella ya lo van a hacer por mí'.

Ante estas situaciones, muy habituales en empresas, y en el ámbito académico, y en el estudiantil y de investigación y, como no, en el ámbito artístico y en el social, suele haber dos comentarios habituales.

'¡Nadie es imprescindible! Déjalo que ya saldrá o ya lo hará alguien.'
O '¡Si no fuera por ti esto no funcionaba!'

En la primera opción nos encontramos con el amigo o colega que anima al 'hacelotodo' a desertar aunque, por supuesto, no será él o ella quien lo sustituya o ayude. Al final si no sale, que suele ser muchas veces, lo único que hace es cargar más aún de culpabilidad la responsabilidad inalienable del 'hacelotodo'. Aunque si sale bien, a veces, le da una pizca de no indispensabilidad.

En la segunda, se intenta reforzar el ego del 'hacelotodo', por supuesto, para que no nos deje con la espalda al aire... o un poco más abajo.

Yo, de pequeño, y no tan pequeño, era un 'hacelotodo'. Incluso reconozco que a veces a estas alturas de la película, a veces sigo ejerciendo. Lo que ocurre que me cuido muy mucho de asegurarme que realmente lo que tengo que hacer roza lo imprescindible y de no alimentar 'exceso de confianza' en mi labor por parte de nadie.

Pues esa sensación infantil y sobre todo adolescente de 'o lo hago yo o esto no se hace bien o no llega a buen término' es quizás el germen de mi preocupación, mi trabajo, mi tesón y mi labor de investigación en torno a la figura básica de cualquier trabajo creativo o expresivo: El grupo.

Tras muchos años de defender la idea de que la base de la pirámide de la expresión son el espacio y el grupo, no me ha costado hace ya tiempo estrapolar esta misma convicción al resto de los ámbitos donde me muevo.

En lo social parece obvio que el propio término implica grupo. Esto no asegura que las intervenciones sociales no dejen de ser, a menudo, intervenciones individuales, individualistas, personalistas...

En lo artístico ya nos cuesta a veces prescindir de endiosar a la figura del artista, el director, el autor, y eso de considerar al grupo como artífice, cuesta verlo.

En la empresa, en muchos casos, se personaliza el éxito o el fracaso de ideas, productos  desarrollos... Y no nos queremos dar cuenta de que hay un equipo detrás.

Y en educación, la figura del docente que acaba asumiendo casi todas las responsabilidades de un centro como jefe de su departamento, de actividades, del Consejo, del equipo directivo como si sin esa persona nada pudiera funcionar, no son tan inhabituales.

Por eso llego a pensar que, por supuesto no es culpa de quien ejerce la labor de 'hacelotodo' aunque a veces tampoco de quien lo prodiga o contempla a la sombra la labor ajena.

¿Y si el problema está en la cultura del propio trabajo en equipo?

Aquí es donde encaja la pieza del taller de Valencia y de algunas intervenciones en este blog y muchas otras en muchos otros eventos, espacios o situaciones.

¿Y si la cultura a generar no fuera la de la competitividad o el escaqueo, sino la del equipo y la colaboración?
¿Y si no pusiéramos notas sino que asumiéramos que hay objetivos y habilidades que desarrollar y que, además, algunas o muchas de ellas sólo se logran trabajando en equipo?
¿Y si nos diéramos cuenta de que la creatividad de una persona es indudablemente menos capaz que la de un grupo?
¿Y si asumiéramos también que la creatividad de un grupo como grupo es muy superable por la suma coordinada de las creatividades de todos sus miembros?
¿Y si tuviéramos como objetivo vital, entre otros, ser capaces de poner al servicio del grupo nuestras capacidades, asumiendo que el propio grupo como elemento expresivo tiene sus propias capacidades a desarrollar y explotar?

A eso pretendo llegar aplicando técnicas de creación (Devising Techniques).
A que podamos incrementar la creatividad de un grupo como grupo aprovechando las capacidades creativas únicas de cada miembro del grupo que a su vez se retroalimentan con el grupo en su conjunto.

Sí, creo que desgraciadamente estamos educados en la filosofía de la competitividad INDIVIDUAL. La competitividad no es insana si se lleva a buen fin y con buenas armas.

Además, creo que lograríamos mucho mejores y mayores objetivos si nos educáramos en la filosofía del trabajo creativo en equipo.
A algunos les costaría más pensar que no haciendo nada se está mejor y a otros les pondríamos la sonrisa de felicidad en la cara, en los ojos, en esa mirada incrédula al comprobar como, por fin, no tienen que decir...

¡Al final, si no lo hago yo...! ... ... ... ¡Habrá que hacerlo entre todos!


We are searching our utopia in a continuous present continuous!!!!!



Aquí os espero

¡Hasta el próximo!

Fernando Bercebal · momento Devising Consultor · Pedagogo Teatral



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