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jueves, 31 de diciembre de 2020

A por un 2021 más presencial!!!


Dicen que lo que te pueda suceder en un año depende mucho de lo que hagas su primer día.

El 1 de enero de 2020, hace ahora 365 días -falta 1 para que sean 366 del bisiesto-, empecé el año recuperando este vuestro blog y titulándolo persistir, que no insistir.

A fuer de ser sincero, -¡¡¡cómo me gusta esta expresión castellana donde las haya!!!-, no imaginaba que fuera a ser capaz de escribir semanalmente y, además, que fuera suficientemente interesante.

Lo de escribir, lo he logrado.

Lo de que haya sido interesante, os toca a vosotros juzgarlo.

Lo importante ha sido que he logrado persistir, una de mis virtudes quizás menos desarrolladas.


Puedo parecer un 'culo inquieto', lo reconozco.

Aunque queda mejor y quizás se adecúa más a la realidad, decir que soy poliédrico.

Porque, en el fondo, culo inquieto es aquel que no está a gusto mucho tiempo en un mismo lugar o con una misma labor u objetivo.

Yo quizás soy más de necesitar estar a varias cosas a la vez, porque a veces pienso que dedicarle todo mi esfuerzo a un solo proyecto es desperdiciar la polivalencia que atesora cualquiera de nosotros.


El caso es que, llámeseme como se me llame, este año he conseguido perpetuarme en este vuestro blog y es quizás una de los muchos aspectos buenos que me ha dejado este 2020, en el que he persistido y he consolidado muchas cosas que creo que merecen, y mucho, la pena.


Por supuesto, no puedo escribir el último post del año y no desearos un feliz 2021, pero y además, no soy de los que piensa que menos mal que se ha acabado el 2020.

He de reconocer que se me ha hecho corto, porque han pasado muchas cosas y como no nos hemos movido ni viajado apenas, las referencias espaciales han sido casi siempre las mismas.


Más de una vez seguro que os habéis sorprendido haciendo referencia a tal o cual cosa de este verano, cuando realmente esa referencia era del verano de 2019.

Sí, han pasado muchas cosas no ya en poco tiempo, sino en poca variedad de situaciones.

3 meses encerrados entre las mismas 4 paredes.

Semanas y semanas sin poder atravesar fronteras, ni siquiera, provinciales o locales.

Un año entero en el que las primeras líneas que se leían si abrías un periódico, u oías las noticias en la radio o la televisión, eran el COVID y los políticos.


¡Claro que ha habido gente que lo ha pasado mal! Tanto de salud, como de empleo, relaciones, dinero...

Y me incluyo. Soy de los que lo pasé 'podido con j' con este 'bicho' allá por el mes de marzo y no estoy en las estadísticas, acabé un periodo laboral en una empresa justo un 5 de marzo, y muchas otras cosas... 

Pero y además, esta situación me ha forzado a construir nuevos objetivos, nuevos futuros y seguir siendo, como hasta ahora, optimistoide!!! 


Y vuelvo al trigo de antes -como la castellana burra-. Quizás lo más extraño de este año es que la mayor parte de las situaciones las hemos tenido que vivir en los mismos entornos e incluso con las mismas herramientas de conexión telemática, por lo que la sensación es que hemos hecho o nos han sucedido pocas cosas.

Y no es así. Lo que sucede es que todas se han parecido entre sí.


Por mucho que intentáramos conectarnos con amigos, familiares o compañeros de trabajo, nos conectábamos a un ordenador.

Por mucho que pretendiéramos visualizarnos en otros lugares al hablar o conectarnos con personas lejos de nosotros, no dejábamos de conectar de casa a casa o de despacho a despacho.

Por mucho que pretendiéramos autoconvencernos de que la transformación digital ha venido para quedarse y de que todo se facilita haciendo las gestiones, la comunicación, la formación y el aprendizaje a través de las redes...


Lo siento, llamadme como queráis, pero lo que ha hecho que para mí este año haya sido menos bueno de lo previsto, ha sido no poder cambiar de referencias espaciales, no tener más cara a cara reales, no virtuales, no hablar, escuchar, mirar, rozar, a los demás, sin utilizar un interface.


Yo soy presencial.

Me gusta serlo.

Las personas lo somos.

Necesitamos todos los sentidos, incluso el arácnido, para comprendernos mejor, comunicarnos mejor, enseñar mejor y aprender mejor.

Necesitamos al grupo, al equipo, para que las reacciones, las expresiones corporales y faciales, los comentarios, sean en tiempo real y en espacio real.


Sé que grandes compañías de la formación y la consultoría -como E&Y entre otras-, han apostado por un 100% de virtualidad y lo han valorado como positivo.

Pero y además, ¿estamos seguros de que si no tuviéramos este 'pequeño condicionante' opinaríamos lo mismo?

¡Claro que hemos logrado adaptarnos, y hemos sacado lo mejor de nosotros! Docentes, discentes, formadores y formados.

Lo que sucede es que adaptarse a una situación no significa que tenga que ser la mejor. Puede que sea la momentáneamente más útil o menos mala.


Es cierto que el uso de la mascarilla ha venido para quedarse en muchas situaciones. Pero me niego a aceptar que la formación presencial se haya diluido para siempre.

Necesitamos vernos, tocarnos, compartir un mismo espacio, y necesitamos cambiar de espacios y de formas de comunicarnos para tener perspectivas distintas, proyecciones distintas, percepciones distintas.


En eso se basa la creatividad.

En eso se basa el ser humano.

No quiero ser ciborg... al menos mientras haya opción de no serlo.


Os invito a un 2021 con más presencialidad!!!

Y no tengamos miedo a estar juntos, cuando se pueda, porque lo que ganaremos será mucho más de lo que nos imaginamos...

Basta con pensar todo lo que nos hemos perdido este año.


¡Gracias por seguir leyendo y, por supuesto, no solo se admiten, sino que se agradecen comentarios!

Yo estoy aquí porque vosotros estáis aquí..., y viceversa.

#fbercebal

#ñaqueeditora

#creatividad

#teatrodecreacion

#devisingtheatre

jueves, 24 de diciembre de 2020

Buckminster Fuller y Feliz Nochebuena!!!


Ha empezado el invierno.

Hoy es Nochebuena y mañana... ¡Dios dirá!

Nos queda una semana de este impredecible 2020, y a pesar de tener muchos temas como posible contenido de este vuestro blog, quiero invitaros a algo si tenéis un hueco y os dejan desplazaros a un lugar de aquí a marzo de 2021... 


Os daré una pista.

La foto que ilustra esta entrada, me la ha prestado mi querida hija, que también ha pasado por allí.

Es la foto de un elemento arquitectónico que me enamoró el primer día que lo transité, dirigiendo unos talleres de creación audiovisual para jóvenes en...

Fundación Telefónica!!!


Si, es la escalera principal del edificio, que se yergue majestuosa y a la vez plácida y armoniosa, en un conjunto arquitectónico maravilloso.


En fin, que entre sus vericuetos y exposiciones, descubrí a Buckminster Fuller.

Conocido en arquitectura y estructuras por sus cúpulas geodésicas, lo he descubierto en otros sentidos más allá de la propia arquitectura y el diseño.

He descubierto a un extraordinario pedagogo, creativo y pensador, inexplicablemente casi oculto para el mundo.

No ya por lo avanzado de sus propuestas que parece mentira que tardaran tanto tiempo en implementarse o generalizarse (algunas ni eso), sino por sus pensamientos.


Entre otras joyitas de la exposición, alguna de Fuller, otras de otros científicos, diseñadores o pensadores, me quedé con esta.


Refleja lo que llevo intentando hacer desde que me dije a mí mismo que podía hacer algo por los demás.

Desde hace mucho dejé de lado la famosa diatriba de si somos formadores, pedagogos, directores, mediadores, enseñantes, guías...

Hace tiempo que solo me considero un provocador.


No soy quién para decirle a nadie lo que o cómo debe pensar.

Pero y además, sí que puedo provocar que se cuestione todo; puedo darle herramientas para que intente pensar de otras maneras, en plural; puedo ofrecerme para contestar a sus cuestionamientos con nuevas preguntas; puedo interrogarle; puedo mostrarle detalles que le pasan desapercibidos; puedo subrayarle ideas, sensaciones, imágenes, sonidos...

Puedo... Y lo intento!!!


Ese soy yo, o ese intento ser desde hace muchos años.

Y mira tú por dónde, a finales de este inabarcable 2020, descubro a un tal Buckminster Fuller quien, como yo, amó la ciencia, el diseño, el pensamiento creativo, la búsqueda de soluciones, las nuevas perspectivas y... por qué no, creyó en que un mundo mejor es posible si empezamos por las personas y su forma de pensar...

De Crear, de Crecer y de Ceer.


Pues tenéis hasta marzo de 2021 para pasar por esta exposición de Fundación Telefónica en Madrid, a quien agradezco los esfuerzos que hace por intentar que la creatividad tenga hueco en nuestras vidas y en la agenda social de las personas!!!!


Y tenéis hasta cuando queráis y yo siga aquí, para contar con mis ideas, mis propuestas, mis provocaciones.

Si os son útiles, me llevaré una sonrisa de regalo. Si no lo son, me llevaré una sonrisa igualmente por haberlo intentado.

Ya sabéis, soy optimistoide.


Pasad una gran Noche!!!!


¡Gracias por seguir leyendo y, por supuesto, no solo se admiten, sino que se agradecen comentarios!

Yo estoy aquí porque vosotros estáis aquí..., y viceversa.

#fbercebal

#ñaqueeditora

#creatividad

#teatrodecreacion

#devisingtheatre

#fundaciontelefonica

jueves, 17 de diciembre de 2020

No me canso... por enésima vez!!!

 


Hoy quiero que mi blog suene reivindicativo.

Llevo unos días, semanas o incluso meses, en lo que por mucho empeño que ponga yo y los que me rodean, por mucho interés, profesionalidad y esfuerzo que apliquemos, parece que hay ciertas cuestiones, ciertos ámbitos, que parecen no existir.


Si no sales por la tele, no existes.

Si no tienes miles de seguidores en redes, no existes.

Si no tienes en tu despacho una foto con un famoso, no existes.

Si en la radio no te mencionan, no existes.

Si no perteneces a algún colectivo que precise de discriminación positiva, no existes.

Ah, por supuesto, y si te dedicas dentro de las artes escénicas y la creatividad, a su pedagogía y a su edición... No existes...


Pero y además, no existes... ¿para quién? 

Desgraciadamente para las personas e instituciones que deciden quien puede seguir existiendo o no... o eso se creen.

Lo más duro es constatar cómo, en los ámbitos institucionales, en los que se deberían reconocer estos esfuerzos de forma lo más objetiva posible, no es que no existas, es que saben que existes pero te dicen que 'No tienes interés cultural', o 'No entramos a valorar estas cuestiones'.


El Teatro. Su Pedagogía. La Creatividad. El Teatro de Creación. La Expresión...

No existen o se empeñan en querer hacer creernos que no existen.


Sin embargo, todos y cada uno de nosotros, somos un poco mejores si desarrollamos mejor nuestra capacidad expresiva, nuestra comunicación, nuestra asertividad, nuestra empatía, nuestra sociabilidad, nuestras habilidades creativas, nuestra autoestima, nuestra seguridad personal, nuestra confianza, nuestra capacidad de análisis y nuestra capacidad de crítica, nuestra felicidad...

Todas ellas y muchas otras más, cualidades que desarrollan estos ámbitos y que solo por esto deberían ser más que valorados.


Llego a pensar que, o bien hay ciertos perfiles que no han tenido la suerte de haber entrenado y mejorado en todos estos ámbitos y por eso no los valoran, o pensando peor aún, puede que lo que suceda es que no interesa que cada uno de nosotros sea capaz de valerse por si mismo, tenga capacidad crítica y autoafirmación en lo que hace, lo que cree, lo que dice, lo que aprende y lo que enseña.


Y en un momento de debilidad, he llegado a pensar que qué hago yo aquí, tratando, desde hace casi treinta años, de darle valor añadido a las personas y a las acciones a través del trabajo, el estudio y la experimentación en Teatro, Pedagogía, Expresión, Creatividad... Si total, para la gran mayoría, o la mayoría aparente, la que decide lo que existe o no, no tiene la menor importancia.


Entonces, he recordado ese mantra que, hace años, firmaba las entradas de este vuestro blog: '¡No me canso!'


Y a ello he sumado una de las frases con las que que mi hija decoró en su día su cuarto y que decoran su espíritu al que admiro!!!! Es la frase que aparece en la foto y que viene a decir: 'No intentes cambiar el mundo, encuentra algo que ames y hazlo cada día. Hazlo durante toda tu vida y, finalmente, el mundo cambiará' Mackelmore and Ryan Lewis. De su tema Growing up.


Conclusión. A pesar de que el Teatro de Creación, la Pedagogía de la Expresión, el Entrenamiento Creativo parecen no existir, me rodean personas, y me atrevería a decir muchas, muchísimas personas, a las que sí que les importa, y mucho, todo el esfuerzo que llevamos dedicando muchos antes que yo, yo mismo y muchos otros después que yo.


Por eso hoy, seguiré creyendo en que es posible seguir aportando algo bueno, desde las formas de ver el mundo en que me empeño en mirarlo.


Y seguiré aportando propuestas creativas cuando imparto clases de otras materias. 

Y seguiré utilizando técnicas de Devising Theatre para desarrollar proyectos empresariales.

Y seguiré aportando mi granito de arena, desde una editorial como ÑAQUE, con la que tratamos de difundir al máximo las bondades de las artes escénicas, la creatividad, la expresión y su pedagogía.

Y seguiré apostando por proyectos como TransMigrArts, en los que el arte es una herramienta de cambio social, con carácter investigador.

Y seguiré apostando por el Seminario de Entrenamiento Creativo y Expresivo y proyectos como ASKOOL, donde pretendemos entrenar el pensamiento creativo de todas aquellas personas que lo necesitan en su vida, en su profesión o en su pasión... que son todas las personas del mundo.

Y seguiré apostando por este vuestro Blog, para reflexionar, hacer reflexionar y seguir aprendiendo con el 'O... No!!!' y con el 'O... Sí!!!' 

Y, en definitiva, seguiré apostando por todos aquellos que, en algún momento de estos treinta años, me han impulsado, me han apoyado, se han apoyado en mí o se han impulsado gracias a lo que decimos, escribimos, hablamos y, fundamentalmente, HACEMOS!!!


Por enésima vez... ¡No me canso!!!


¡Gracias por seguir leyendo y, por supuesto, no solo se admiten, sino que se agradecen comentarios!

Yo estoy aquí porque vosotros estáis aquí..., y viceversa.

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#ñaqueeditora

#creatividad

#teatrodecreacion

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jueves, 10 de diciembre de 2020

La felicidad... Un derecho humano.


Hoy no os voy a importunar sobre cuestiones teóricas.

Sobre jueguercicios.

Sobre cómo ser más o menos creativo.

Sobre devising o creación. 

Sobre pedagogía o expresión.


Hoy seré muy breve.


Hoy hace 72 años que se proclamó la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Hay hasta 30 que van desde el derecho a la vida, a los juicios justos, a la libertad, a la libertad de opinión...


Hoy llevo más de la mitad de mi vida trabajando, desde la Expresión, la Creatividad y las Artes Escénicas, para mejorar la vida de mis semejantes. Allegados y no tanto.


Hoy creo firmemente que los valores, actitudes y aptitudes que desarrolla el teatro, la creatividad y la expresión en general son, sin lugar a dudas, baluartes necesarios para estos derechos.


No se puede tener libertad de expresión si no sabemos expresarnos. 

No podemos tener juicios justos si no somos capaces de pensar convergente y divergentemente. 

No podemos ejercer la libertad de opinión si no nos han dado herramientas para formar nuestra propia opinión.

No podemos tener auténtico derecho a la vida, si no nos han dotado de herramientas para disfrutarla e intentar mejorarla día a día.


No obstante, por muchas vueltas que le doy, al final, tanto una cuestión como otra, tanto los Derechos Humanos, como el trabajo en Creatividad y Expresión, en el fondo, y en la superficie, tienen un único objetivo:

La búsqueda de la Felicidad.


Hoy, celebrando este día, solo quiero recordar que todo cuanto hacemos ha de tener un 'para qué'.

Y que el 'para qué' más importante que tenemos en nuestra vida es el de ser felices.


Si nosotros lo somos, haremos más fácil que los que tenemos alrededor lo sean.

Y, a la 'vuzinversa', si realmente conseguimos ser felices, es porque habremos hecho la vida un poquito más feliz a los que nos rodean.


Pero y además, no me puedo despedir sin provocar algún pensamiento divergente o, al menos, proponeros un punto de vista distinto.

Hoy, día de los Derechos Humanos, os pido una pequeña reflexión alternativa.

¿Y si en lugar de pensar en el Derecho a la Felicidad, defendemos la obligación de tratar de serlo?

¡Por el simple placer de que los que nos rodean lo sean un poco más!


Nada más.


Y nada menos.


Os recuerdo que yo estoy aquí porque vosotros estáis aquí..., y viceversa.

¡Gracias por seguir leyendo y, por supuesto, no solo se admiten, sino que se agradecen comentarios...! 

¡¡¡Me haréis más feliz!!!


#fbercebal

#ñaqueeditora

#creatividad

#teatrodecreacion 

#devisingtheatre

#derechoshumanos

jueves, 3 de diciembre de 2020

Rutina creativa · Un aparente oxímoron

El fuego helado, el hielo abrasador, el silencio ensordecedor o la sociedad unipersonal, son ejemplos típicos de oxímoron.

Aquellas frases que relacionan conceptos irrelacionables, o que hacen coincidir dos términos que no deberían coexistir.


Retomo ahora el título de esta entrada y pregunto: ¿La rutina creativa es un oxímoron?

Es decir, ¿no parece incompatible un acto rutinario con el concepto y el intento de ser creativos?


Mi respuesta automática y categórica, no exenta de estudio previo durante años es ¡NO!


La idea peyorativa que tenemos del concepto de rutina, como algo que hastía y se repite como el día de la marmota, comparado con el intento de equiparar lo creativo con lo más nuevo, ilusionante y divertido del mundo, puede hacernos caer en la torpeza de pensar que, efectivamente, creatividad y rutina no pueden ir nunca de la mano.


Sin embargo, no solo por un motivo sino por lo menos por dos, me atrevo a asegurar que no solo no es un oxímoron, sino que mejor nos iría a todos si, de vez en cuando, uniéramos estas dos realidades.

Y claro, primero determinaremos que un acto rutinario o una rutina, es un hábito repetitivo por la práctica o una secuencia de instrucciones que se repiten invariablemente.


Ya he comentado en este nuestro blog que cuando el cerebro utiliza sus sinapsis básicas para realizar acciones rutinarias como conducir, planchar, o andar por un camino habitual, libera una gran parte de la capacidad del cerebro para pensar creativamente en soluciones, ideas, creaciones.

Este sería pues una primer motivo. La rutina o, mejor dicho, los actos rutinarios, facilitan el pensamiento creativo.

Sin embargo, esto no deja de ser una liberación involuntaria de la creatividad y, por lo tanto, no podemos hablar estrictamente de una rutina creativa, sino una rutina que provoca el pensamiento creativo.


Un segundo y evidente motivo, sobre todo si sigues este blog o has participado en alguna formación en la que yo estuviera presente, es que el mantra más repetido en este entorno es que la creatividad es entrenable.

Si es entrenable, como todo entrenamiento, necesita repetir ejercicios y secuencias para fortalecer las habilidades y capacidades.

En el propio deporte, cuando hablamos de entrenar, decimos que tenemos que realizar 'rutinas'. Sí, secuencias o conjuntos de ejercicios que desarrollan una determinada destreza corporal.

Pues bien, hay rutinas que desarrollan la destreza mental y, en muchos casos, la destreza creativa.

Sin embargo, siendo estrictos, tampoco estamos hablando de rutinas creativas, sino de rutinas que entrenan la creatividad.


Por eso hablaba yo hace unos párrafos de, al menos dos motivos, para no considerarlo un oxímoron. Porque podemos considerar una tercera cuestión que sería, siendo precisos, la auténtica rutina creativa, porque utiliza el pensamiento creativo para definir la propia rutina de otra forma. 

Recordad que es una secuencia 'invariable'... ¿Y si la variamos aunque solo sea un poquito?

Se trataría de elegir cualquier rutina que, por el hecho de ser repetitiva y recurrente puede convertirse en aburrida, y convertirla en un acto creativo per se.

Es decir. Tomemos cualquier rutina con cualquier objetivo. El más sencillo. Mantenernos limpios, por ejemplo, duchándonos diariamente. 

Sí, ya habrá habido más de uno que haya dicho... si canto en la ducha ya estoy convirtiendo en creativa la rutina de la ducha. Pues sí. Y no solo eso. Imaginad que cada día decidís probar la temperatura del agua con una parte distinta del cuerpo, o comenzar a echaros jabón por un punto distinto. 

Y tantas otras variables que podemos modificar para obligar a nuestro cerebro a que cierta rutina sea cada día distinta.

Por un lado, no deja de ser una rutina que nos es útil para el objetivo marcado pero y además, nos obliga a entrenar nuestro pensamiento creativo.


En resumen. Existe la rutina creativa y yo diría más. Es muy interesante generarse rutinas creativas.

Como escribir este blog.

No deja de ser rutinario y por supuesto, en ningún caso, pretendo que la palabra rutina se asocie peyorativamente a repetición insulsa y aburrida.

Todo lo contrario, tener la rutina creativa de escribir este blog me está poniendo 'cachas' creativamente... O... NO!!!

Vosotros diréis.


Seguiré con la rutina de recordaros que yo estoy aquí porque vosotros estáis aquí..., y viceversa.

¡Gracias por seguir leyendo y, por supuesto, no solo se admiten, sino que se agradecen comentarios... sean rutinarios o no!


#fbercebal

#ñaqueeditora

#creatividad

#teatrodecreacion 

#devisingtheatre