Bienvenida · Welcoming

jueves, 31 de diciembre de 2020

A por un 2021 más presencial!!!


Dicen que lo que te pueda suceder en un año depende mucho de lo que hagas su primer día.

El 1 de enero de 2020, hace ahora 365 días -falta 1 para que sean 366 del bisiesto-, empecé el año recuperando este vuestro blog y titulándolo persistir, que no insistir.

A fuer de ser sincero, -¡¡¡cómo me gusta esta expresión castellana donde las haya!!!-, no imaginaba que fuera a ser capaz de escribir semanalmente y, además, que fuera suficientemente interesante.

Lo de escribir, lo he logrado.

Lo de que haya sido interesante, os toca a vosotros juzgarlo.

Lo importante ha sido que he logrado persistir, una de mis virtudes quizás menos desarrolladas.


Puedo parecer un 'culo inquieto', lo reconozco.

Aunque queda mejor y quizás se adecúa más a la realidad, decir que soy poliédrico.

Porque, en el fondo, culo inquieto es aquel que no está a gusto mucho tiempo en un mismo lugar o con una misma labor u objetivo.

Yo quizás soy más de necesitar estar a varias cosas a la vez, porque a veces pienso que dedicarle todo mi esfuerzo a un solo proyecto es desperdiciar la polivalencia que atesora cualquiera de nosotros.


El caso es que, llámeseme como se me llame, este año he conseguido perpetuarme en este vuestro blog y es quizás una de los muchos aspectos buenos que me ha dejado este 2020, en el que he persistido y he consolidado muchas cosas que creo que merecen, y mucho, la pena.


Por supuesto, no puedo escribir el último post del año y no desearos un feliz 2021, pero y además, no soy de los que piensa que menos mal que se ha acabado el 2020.

He de reconocer que se me ha hecho corto, porque han pasado muchas cosas y como no nos hemos movido ni viajado apenas, las referencias espaciales han sido casi siempre las mismas.


Más de una vez seguro que os habéis sorprendido haciendo referencia a tal o cual cosa de este verano, cuando realmente esa referencia era del verano de 2019.

Sí, han pasado muchas cosas no ya en poco tiempo, sino en poca variedad de situaciones.

3 meses encerrados entre las mismas 4 paredes.

Semanas y semanas sin poder atravesar fronteras, ni siquiera, provinciales o locales.

Un año entero en el que las primeras líneas que se leían si abrías un periódico, u oías las noticias en la radio o la televisión, eran el COVID y los políticos.


¡Claro que ha habido gente que lo ha pasado mal! Tanto de salud, como de empleo, relaciones, dinero...

Y me incluyo. Soy de los que lo pasé 'podido con j' con este 'bicho' allá por el mes de marzo y no estoy en las estadísticas, acabé un periodo laboral en una empresa justo un 5 de marzo, y muchas otras cosas... 

Pero y además, esta situación me ha forzado a construir nuevos objetivos, nuevos futuros y seguir siendo, como hasta ahora, optimistoide!!! 


Y vuelvo al trigo de antes -como la castellana burra-. Quizás lo más extraño de este año es que la mayor parte de las situaciones las hemos tenido que vivir en los mismos entornos e incluso con las mismas herramientas de conexión telemática, por lo que la sensación es que hemos hecho o nos han sucedido pocas cosas.

Y no es así. Lo que sucede es que todas se han parecido entre sí.


Por mucho que intentáramos conectarnos con amigos, familiares o compañeros de trabajo, nos conectábamos a un ordenador.

Por mucho que pretendiéramos visualizarnos en otros lugares al hablar o conectarnos con personas lejos de nosotros, no dejábamos de conectar de casa a casa o de despacho a despacho.

Por mucho que pretendiéramos autoconvencernos de que la transformación digital ha venido para quedarse y de que todo se facilita haciendo las gestiones, la comunicación, la formación y el aprendizaje a través de las redes...


Lo siento, llamadme como queráis, pero lo que ha hecho que para mí este año haya sido menos bueno de lo previsto, ha sido no poder cambiar de referencias espaciales, no tener más cara a cara reales, no virtuales, no hablar, escuchar, mirar, rozar, a los demás, sin utilizar un interface.


Yo soy presencial.

Me gusta serlo.

Las personas lo somos.

Necesitamos todos los sentidos, incluso el arácnido, para comprendernos mejor, comunicarnos mejor, enseñar mejor y aprender mejor.

Necesitamos al grupo, al equipo, para que las reacciones, las expresiones corporales y faciales, los comentarios, sean en tiempo real y en espacio real.


Sé que grandes compañías de la formación y la consultoría -como E&Y entre otras-, han apostado por un 100% de virtualidad y lo han valorado como positivo.

Pero y además, ¿estamos seguros de que si no tuviéramos este 'pequeño condicionante' opinaríamos lo mismo?

¡Claro que hemos logrado adaptarnos, y hemos sacado lo mejor de nosotros! Docentes, discentes, formadores y formados.

Lo que sucede es que adaptarse a una situación no significa que tenga que ser la mejor. Puede que sea la momentáneamente más útil o menos mala.


Es cierto que el uso de la mascarilla ha venido para quedarse en muchas situaciones. Pero me niego a aceptar que la formación presencial se haya diluido para siempre.

Necesitamos vernos, tocarnos, compartir un mismo espacio, y necesitamos cambiar de espacios y de formas de comunicarnos para tener perspectivas distintas, proyecciones distintas, percepciones distintas.


En eso se basa la creatividad.

En eso se basa el ser humano.

No quiero ser ciborg... al menos mientras haya opción de no serlo.


Os invito a un 2021 con más presencialidad!!!

Y no tengamos miedo a estar juntos, cuando se pueda, porque lo que ganaremos será mucho más de lo que nos imaginamos...

Basta con pensar todo lo que nos hemos perdido este año.


¡Gracias por seguir leyendo y, por supuesto, no solo se admiten, sino que se agradecen comentarios!

Yo estoy aquí porque vosotros estáis aquí..., y viceversa.

#fbercebal

#ñaqueeditora

#creatividad

#teatrodecreacion

#devisingtheatre

jueves, 24 de diciembre de 2020

Buckminster Fuller y Feliz Nochebuena!!!


Ha empezado el invierno.

Hoy es Nochebuena y mañana... ¡Dios dirá!

Nos queda una semana de este impredecible 2020, y a pesar de tener muchos temas como posible contenido de este vuestro blog, quiero invitaros a algo si tenéis un hueco y os dejan desplazaros a un lugar de aquí a marzo de 2021... 


Os daré una pista.

La foto que ilustra esta entrada, me la ha prestado mi querida hija, que también ha pasado por allí.

Es la foto de un elemento arquitectónico que me enamoró el primer día que lo transité, dirigiendo unos talleres de creación audiovisual para jóvenes en...

Fundación Telefónica!!!


Si, es la escalera principal del edificio, que se yergue majestuosa y a la vez plácida y armoniosa, en un conjunto arquitectónico maravilloso.


En fin, que entre sus vericuetos y exposiciones, descubrí a Buckminster Fuller.

Conocido en arquitectura y estructuras por sus cúpulas geodésicas, lo he descubierto en otros sentidos más allá de la propia arquitectura y el diseño.

He descubierto a un extraordinario pedagogo, creativo y pensador, inexplicablemente casi oculto para el mundo.

No ya por lo avanzado de sus propuestas que parece mentira que tardaran tanto tiempo en implementarse o generalizarse (algunas ni eso), sino por sus pensamientos.


Entre otras joyitas de la exposición, alguna de Fuller, otras de otros científicos, diseñadores o pensadores, me quedé con esta.


Refleja lo que llevo intentando hacer desde que me dije a mí mismo que podía hacer algo por los demás.

Desde hace mucho dejé de lado la famosa diatriba de si somos formadores, pedagogos, directores, mediadores, enseñantes, guías...

Hace tiempo que solo me considero un provocador.


No soy quién para decirle a nadie lo que o cómo debe pensar.

Pero y además, sí que puedo provocar que se cuestione todo; puedo darle herramientas para que intente pensar de otras maneras, en plural; puedo ofrecerme para contestar a sus cuestionamientos con nuevas preguntas; puedo interrogarle; puedo mostrarle detalles que le pasan desapercibidos; puedo subrayarle ideas, sensaciones, imágenes, sonidos...

Puedo... Y lo intento!!!


Ese soy yo, o ese intento ser desde hace muchos años.

Y mira tú por dónde, a finales de este inabarcable 2020, descubro a un tal Buckminster Fuller quien, como yo, amó la ciencia, el diseño, el pensamiento creativo, la búsqueda de soluciones, las nuevas perspectivas y... por qué no, creyó en que un mundo mejor es posible si empezamos por las personas y su forma de pensar...

De Crear, de Crecer y de Ceer.


Pues tenéis hasta marzo de 2021 para pasar por esta exposición de Fundación Telefónica en Madrid, a quien agradezco los esfuerzos que hace por intentar que la creatividad tenga hueco en nuestras vidas y en la agenda social de las personas!!!!


Y tenéis hasta cuando queráis y yo siga aquí, para contar con mis ideas, mis propuestas, mis provocaciones.

Si os son útiles, me llevaré una sonrisa de regalo. Si no lo son, me llevaré una sonrisa igualmente por haberlo intentado.

Ya sabéis, soy optimistoide.


Pasad una gran Noche!!!!


¡Gracias por seguir leyendo y, por supuesto, no solo se admiten, sino que se agradecen comentarios!

Yo estoy aquí porque vosotros estáis aquí..., y viceversa.

#fbercebal

#ñaqueeditora

#creatividad

#teatrodecreacion

#devisingtheatre

#fundaciontelefonica

jueves, 17 de diciembre de 2020

No me canso... por enésima vez!!!

 


Hoy quiero que mi blog suene reivindicativo.

Llevo unos días, semanas o incluso meses, en lo que por mucho empeño que ponga yo y los que me rodean, por mucho interés, profesionalidad y esfuerzo que apliquemos, parece que hay ciertas cuestiones, ciertos ámbitos, que parecen no existir.


Si no sales por la tele, no existes.

Si no tienes miles de seguidores en redes, no existes.

Si no tienes en tu despacho una foto con un famoso, no existes.

Si en la radio no te mencionan, no existes.

Si no perteneces a algún colectivo que precise de discriminación positiva, no existes.

Ah, por supuesto, y si te dedicas dentro de las artes escénicas y la creatividad, a su pedagogía y a su edición... No existes...


Pero y además, no existes... ¿para quién? 

Desgraciadamente para las personas e instituciones que deciden quien puede seguir existiendo o no... o eso se creen.

Lo más duro es constatar cómo, en los ámbitos institucionales, en los que se deberían reconocer estos esfuerzos de forma lo más objetiva posible, no es que no existas, es que saben que existes pero te dicen que 'No tienes interés cultural', o 'No entramos a valorar estas cuestiones'.


El Teatro. Su Pedagogía. La Creatividad. El Teatro de Creación. La Expresión...

No existen o se empeñan en querer hacer creernos que no existen.


Sin embargo, todos y cada uno de nosotros, somos un poco mejores si desarrollamos mejor nuestra capacidad expresiva, nuestra comunicación, nuestra asertividad, nuestra empatía, nuestra sociabilidad, nuestras habilidades creativas, nuestra autoestima, nuestra seguridad personal, nuestra confianza, nuestra capacidad de análisis y nuestra capacidad de crítica, nuestra felicidad...

Todas ellas y muchas otras más, cualidades que desarrollan estos ámbitos y que solo por esto deberían ser más que valorados.


Llego a pensar que, o bien hay ciertos perfiles que no han tenido la suerte de haber entrenado y mejorado en todos estos ámbitos y por eso no los valoran, o pensando peor aún, puede que lo que suceda es que no interesa que cada uno de nosotros sea capaz de valerse por si mismo, tenga capacidad crítica y autoafirmación en lo que hace, lo que cree, lo que dice, lo que aprende y lo que enseña.


Y en un momento de debilidad, he llegado a pensar que qué hago yo aquí, tratando, desde hace casi treinta años, de darle valor añadido a las personas y a las acciones a través del trabajo, el estudio y la experimentación en Teatro, Pedagogía, Expresión, Creatividad... Si total, para la gran mayoría, o la mayoría aparente, la que decide lo que existe o no, no tiene la menor importancia.


Entonces, he recordado ese mantra que, hace años, firmaba las entradas de este vuestro blog: '¡No me canso!'


Y a ello he sumado una de las frases con las que que mi hija decoró en su día su cuarto y que decoran su espíritu al que admiro!!!! Es la frase que aparece en la foto y que viene a decir: 'No intentes cambiar el mundo, encuentra algo que ames y hazlo cada día. Hazlo durante toda tu vida y, finalmente, el mundo cambiará' Mackelmore and Ryan Lewis. De su tema Growing up.


Conclusión. A pesar de que el Teatro de Creación, la Pedagogía de la Expresión, el Entrenamiento Creativo parecen no existir, me rodean personas, y me atrevería a decir muchas, muchísimas personas, a las que sí que les importa, y mucho, todo el esfuerzo que llevamos dedicando muchos antes que yo, yo mismo y muchos otros después que yo.


Por eso hoy, seguiré creyendo en que es posible seguir aportando algo bueno, desde las formas de ver el mundo en que me empeño en mirarlo.


Y seguiré aportando propuestas creativas cuando imparto clases de otras materias. 

Y seguiré utilizando técnicas de Devising Theatre para desarrollar proyectos empresariales.

Y seguiré aportando mi granito de arena, desde una editorial como ÑAQUE, con la que tratamos de difundir al máximo las bondades de las artes escénicas, la creatividad, la expresión y su pedagogía.

Y seguiré apostando por proyectos como TransMigrArts, en los que el arte es una herramienta de cambio social, con carácter investigador.

Y seguiré apostando por el Seminario de Entrenamiento Creativo y Expresivo y proyectos como ASKOOL, donde pretendemos entrenar el pensamiento creativo de todas aquellas personas que lo necesitan en su vida, en su profesión o en su pasión... que son todas las personas del mundo.

Y seguiré apostando por este vuestro Blog, para reflexionar, hacer reflexionar y seguir aprendiendo con el 'O... No!!!' y con el 'O... Sí!!!' 

Y, en definitiva, seguiré apostando por todos aquellos que, en algún momento de estos treinta años, me han impulsado, me han apoyado, se han apoyado en mí o se han impulsado gracias a lo que decimos, escribimos, hablamos y, fundamentalmente, HACEMOS!!!


Por enésima vez... ¡No me canso!!!


¡Gracias por seguir leyendo y, por supuesto, no solo se admiten, sino que se agradecen comentarios!

Yo estoy aquí porque vosotros estáis aquí..., y viceversa.

#fbercebal

#ñaqueeditora

#creatividad

#teatrodecreacion

#devisingtheatre

jueves, 10 de diciembre de 2020

La felicidad... Un derecho humano.


Hoy no os voy a importunar sobre cuestiones teóricas.

Sobre jueguercicios.

Sobre cómo ser más o menos creativo.

Sobre devising o creación. 

Sobre pedagogía o expresión.


Hoy seré muy breve.


Hoy hace 72 años que se proclamó la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Hay hasta 30 que van desde el derecho a la vida, a los juicios justos, a la libertad, a la libertad de opinión...


Hoy llevo más de la mitad de mi vida trabajando, desde la Expresión, la Creatividad y las Artes Escénicas, para mejorar la vida de mis semejantes. Allegados y no tanto.


Hoy creo firmemente que los valores, actitudes y aptitudes que desarrolla el teatro, la creatividad y la expresión en general son, sin lugar a dudas, baluartes necesarios para estos derechos.


No se puede tener libertad de expresión si no sabemos expresarnos. 

No podemos tener juicios justos si no somos capaces de pensar convergente y divergentemente. 

No podemos ejercer la libertad de opinión si no nos han dado herramientas para formar nuestra propia opinión.

No podemos tener auténtico derecho a la vida, si no nos han dotado de herramientas para disfrutarla e intentar mejorarla día a día.


No obstante, por muchas vueltas que le doy, al final, tanto una cuestión como otra, tanto los Derechos Humanos, como el trabajo en Creatividad y Expresión, en el fondo, y en la superficie, tienen un único objetivo:

La búsqueda de la Felicidad.


Hoy, celebrando este día, solo quiero recordar que todo cuanto hacemos ha de tener un 'para qué'.

Y que el 'para qué' más importante que tenemos en nuestra vida es el de ser felices.


Si nosotros lo somos, haremos más fácil que los que tenemos alrededor lo sean.

Y, a la 'vuzinversa', si realmente conseguimos ser felices, es porque habremos hecho la vida un poquito más feliz a los que nos rodean.


Pero y además, no me puedo despedir sin provocar algún pensamiento divergente o, al menos, proponeros un punto de vista distinto.

Hoy, día de los Derechos Humanos, os pido una pequeña reflexión alternativa.

¿Y si en lugar de pensar en el Derecho a la Felicidad, defendemos la obligación de tratar de serlo?

¡Por el simple placer de que los que nos rodean lo sean un poco más!


Nada más.


Y nada menos.


Os recuerdo que yo estoy aquí porque vosotros estáis aquí..., y viceversa.

¡Gracias por seguir leyendo y, por supuesto, no solo se admiten, sino que se agradecen comentarios...! 

¡¡¡Me haréis más feliz!!!


#fbercebal

#ñaqueeditora

#creatividad

#teatrodecreacion 

#devisingtheatre

#derechoshumanos

jueves, 3 de diciembre de 2020

Rutina creativa · Un aparente oxímoron

El fuego helado, el hielo abrasador, el silencio ensordecedor o la sociedad unipersonal, son ejemplos típicos de oxímoron.

Aquellas frases que relacionan conceptos irrelacionables, o que hacen coincidir dos términos que no deberían coexistir.


Retomo ahora el título de esta entrada y pregunto: ¿La rutina creativa es un oxímoron?

Es decir, ¿no parece incompatible un acto rutinario con el concepto y el intento de ser creativos?


Mi respuesta automática y categórica, no exenta de estudio previo durante años es ¡NO!


La idea peyorativa que tenemos del concepto de rutina, como algo que hastía y se repite como el día de la marmota, comparado con el intento de equiparar lo creativo con lo más nuevo, ilusionante y divertido del mundo, puede hacernos caer en la torpeza de pensar que, efectivamente, creatividad y rutina no pueden ir nunca de la mano.


Sin embargo, no solo por un motivo sino por lo menos por dos, me atrevo a asegurar que no solo no es un oxímoron, sino que mejor nos iría a todos si, de vez en cuando, uniéramos estas dos realidades.

Y claro, primero determinaremos que un acto rutinario o una rutina, es un hábito repetitivo por la práctica o una secuencia de instrucciones que se repiten invariablemente.


Ya he comentado en este nuestro blog que cuando el cerebro utiliza sus sinapsis básicas para realizar acciones rutinarias como conducir, planchar, o andar por un camino habitual, libera una gran parte de la capacidad del cerebro para pensar creativamente en soluciones, ideas, creaciones.

Este sería pues una primer motivo. La rutina o, mejor dicho, los actos rutinarios, facilitan el pensamiento creativo.

Sin embargo, esto no deja de ser una liberación involuntaria de la creatividad y, por lo tanto, no podemos hablar estrictamente de una rutina creativa, sino una rutina que provoca el pensamiento creativo.


Un segundo y evidente motivo, sobre todo si sigues este blog o has participado en alguna formación en la que yo estuviera presente, es que el mantra más repetido en este entorno es que la creatividad es entrenable.

Si es entrenable, como todo entrenamiento, necesita repetir ejercicios y secuencias para fortalecer las habilidades y capacidades.

En el propio deporte, cuando hablamos de entrenar, decimos que tenemos que realizar 'rutinas'. Sí, secuencias o conjuntos de ejercicios que desarrollan una determinada destreza corporal.

Pues bien, hay rutinas que desarrollan la destreza mental y, en muchos casos, la destreza creativa.

Sin embargo, siendo estrictos, tampoco estamos hablando de rutinas creativas, sino de rutinas que entrenan la creatividad.


Por eso hablaba yo hace unos párrafos de, al menos dos motivos, para no considerarlo un oxímoron. Porque podemos considerar una tercera cuestión que sería, siendo precisos, la auténtica rutina creativa, porque utiliza el pensamiento creativo para definir la propia rutina de otra forma. 

Recordad que es una secuencia 'invariable'... ¿Y si la variamos aunque solo sea un poquito?

Se trataría de elegir cualquier rutina que, por el hecho de ser repetitiva y recurrente puede convertirse en aburrida, y convertirla en un acto creativo per se.

Es decir. Tomemos cualquier rutina con cualquier objetivo. El más sencillo. Mantenernos limpios, por ejemplo, duchándonos diariamente. 

Sí, ya habrá habido más de uno que haya dicho... si canto en la ducha ya estoy convirtiendo en creativa la rutina de la ducha. Pues sí. Y no solo eso. Imaginad que cada día decidís probar la temperatura del agua con una parte distinta del cuerpo, o comenzar a echaros jabón por un punto distinto. 

Y tantas otras variables que podemos modificar para obligar a nuestro cerebro a que cierta rutina sea cada día distinta.

Por un lado, no deja de ser una rutina que nos es útil para el objetivo marcado pero y además, nos obliga a entrenar nuestro pensamiento creativo.


En resumen. Existe la rutina creativa y yo diría más. Es muy interesante generarse rutinas creativas.

Como escribir este blog.

No deja de ser rutinario y por supuesto, en ningún caso, pretendo que la palabra rutina se asocie peyorativamente a repetición insulsa y aburrida.

Todo lo contrario, tener la rutina creativa de escribir este blog me está poniendo 'cachas' creativamente... O... NO!!!

Vosotros diréis.


Seguiré con la rutina de recordaros que yo estoy aquí porque vosotros estáis aquí..., y viceversa.

¡Gracias por seguir leyendo y, por supuesto, no solo se admiten, sino que se agradecen comentarios... sean rutinarios o no!


#fbercebal

#ñaqueeditora

#creatividad

#teatrodecreacion 

#devisingtheatre

jueves, 26 de noviembre de 2020

¡¡¡Que no se me olvide!!! · Memoria y creatividad

Andaba yo preparando una sesión de creatividad dentro del Seminario de Entrenamiento Creativo y Expresivo, y se me cruzó una idea: '¡Nunca me acuerdo de hablar de la memoria!'

Vale, es un juego de palabras. Pero y además, es la pura realidad.

Tan enfrascados estamos en pensar que la creatividad trata de buscar soluciones, ideas nuevas, asociaciones inexploradas..., que se nos olvida que las ideas que genera el pensamiento creativo, normalmente, las situamos en nuestro intelecto en comparación con el resto de ideas que tenemos almacenadas. 

Ergo, memoria.


Esa denostada aptitud de la que presumíamos algunos al aprendernos todas las capitales del mundo con sus ríos y afluentes, o jugando al Natur Memory, ese juego de mesa consistente en levantar dos fichas de entre las cien colocadas boca abajo en el tablero, para hacer parejas memorizando el lugar donde antes otro había levantado su igual.


La memoria. Desterrada casi de los sistemas educativos, porque se la asocia con modelos de enseñanza aparentemente superados.


¡Qué equivocados estamos! ¡Y cuánta gente pensaría lo mismo si analizara que la memoria es un elemento esencial para el desarrollo de la creatividad!

Si tenemos en cuenta que la creatividad es la aptitud más valorada por las empresas en la era post-covid, estaremos de acuerdo en que todo lo que mejore el pensamiento creativo tendrá la misma valoración positiva.

Y si la creatividad es el esfuerzo constante por hacer que nuestro cerebro piense de otra manera, y consiste en generar cuantas más ideas mejor para poder elegir entre ellas la que nos sea útil para un para qué, tendremos que partir de un gran almacén de ideas que resulta que se consigue llenar a base de memoria.


Y creo que puedo aportar una idea de la mala fama de la memoria. 

Creo que no se es consciente de los distintos tipos de memoria que existen, y eso nos hace identificar cualquier tipo de ejercicio memorístico con la memoria semántica.

Sí. Ese tipo de memoria (existen multitud de taxonomías de memorias pero me ceñiré a la más consensuada), consiste en recordar las cosas por su nombre. Por su significado o su significante.

De hecho, cuando algún estudio científico concluye que tal animal o vegetal tiene memoria, nos resulta chocante porque pensamos directamente en la memoria semántica, y no nos acabamos de imaginar a una lechuga memorizando la lista de los reyes godos.


Hay más memorias, algunas no son objeto de esta reflexión, pero os voy a recordar otras..

Paso de puntillas por la memoria a corto y largo plazo, que se diferencian en el tiempo transcurrido entre la grabación y la recuperación de la grabación, así como en la intensidad y capacidad de perdurar de cada una.


Me voy a detener en otros tres tipos de memoria: la eidética, la episódica y la sensorial.


La primera es la llamada memoria fotográfica, cuyo nombre más erudito ha popularizado Sheldom Cooper, si es que este personaje de la serie Big Bang Theory es popular (no se nota que soy fan).

Esta memoria identifica a unos sujetos capaces de acordarse del detalle al máximo, fotográficamente. Toda esa información no es solo pura curiosidad. Esa memoria ayuda a potenciar la capacidad de pensamiento y creativa, ya que los detalles son lo que muchas veces hace diferenciar a una idea de una gran idea.


La segunda, la memoria episódica, tiene que ver con el lugar, la situación, el momento y la compañía del hecho a recordar.

Me gusta decir que los viajes los recuerdas por lo que comiste, con quién, dónde y cuándo. Sí, la memoria nos sitúa y nos hace revivir momentos que se han grabado a fuego en nuestras neuronas, y no por sus nombres o por su imagen, sino porque suponen un episodio de nuestra vida en si mismos.

La creatividad se nutre de estos momentos para plantear otros iguales, distintos, parecidos o disparatadamente absurdos, en relación a los ya experimentados.


Finalmente, cerraré este corto paseo por la memoria sensorial o sensitiva, aptitud que se suele entrenar mucho en según qué corrientes artísticas y sobre todo escénicas, para intentar reproducir al personaje a encarnar.

Pero no nos equivoquemos. Es la misma memoria que entrenan duramente los chefs o los catadores o perfumistas. Necesitan un banco inmenso de memoria sensorial para poder ser lo más creativos posible en su trabajo.

Y esta si es uno de los tipos de memoria que hace que ciertos animales y plantas desarrollen esa capacidad. Reconocen colores, sonidos, tactos, para identificar a un amigo de un enemigo o de un alimento.


Pues quien lo iba a decir, pero sí, al igual que del pensamiento convergente, y no solo el divergente, la creatividad precisa de la memoria para poder desarrollarse. Es un caldo de cultivo donde reproducir y multiplicar las propuestas creativas.


Por tanto, si somos coherentes y pensamos que la creatividad es el arma cargada de futuro, recordemos que la creatividad no se entrena siendo creativo sin más, sino desarrollando cualidades y aptitudes que la provocan y la cultivan como, entre otras, la memoria.


Os recuerdo que yo estoy aquí porque vosotros estáis aquí..., y viceversa.

¡Gracias por seguir leyendo y, por supuesto, no solo se admiten, sino que se agradecen comentarios... y recuerdos!


#fbercebal

#ñaqueeditora

#creatividad

#teatrodecreacion 

#devisingtheatre

jueves, 19 de noviembre de 2020

La Paradoja de Schrödinger o ser y no ser creativo a la vez

 


El disparador de la entrada de hoy en este vuestro blog, podría no tener mucha relación con el resultado final.

Una de las participantes en el Seminario de entrenamiento creativo y expresivo, me hizo llegar un texto que tenía relación a su vez con una provocación desde mi blog. 'Hacer Nada'. O como ella apuntaba, 'Nadar!'.

En el texto, había un personaje invitado. Su gato. Y la cuestión final que se planteaba era si el gato era capaz de nadar o no. ¡Aunque como no se acerca al agua, nunca lo sabremos!


Bien, aunque no lo parezca, esto me llevó directamente a pensar en la Física Cuántica y en la Paradoja de Schrödinger.

Había dos similitudes. Una, el gato. La otra, la incertidumbre o, en lenguaje cuántico, la superposición de los dos posibles estados del gato: que supiera o que no supiera nadar .

Al igual que en el caso del gato de Schrödinger, si bien en el caso del físico austríaco con mucha más parafernalia y dispositivos, no podemos saber cuál es el estado real del gato y, por tanto, podemos proponer que sabe y no sabe nadar.


La Paradoja tiene múltiples interpretaciones. Sin embargo, para la mayoría de ellas, hay un elemento común que condiciona la interpretación: el observador, o los observadores.

En el momento en el que un observador interviene en el desarrollo de la paradoja, provoca que la superposición desaparezca y se convierta, en una sola realidad, en universos paralelos o en otro tipo de paradoja.

Eso sí, solo en algunas de estas interpretaciones, se considera al propio gato como observador de la realidad, que tiene una perspectiva propia y que sabe, por propia experiencia, si está muerto o no.


En el gato que nos ocupa, el gato 'nadador', su perspectiva y la nuestra es la misma. Porque en tanto en cuanto no intente meterse en el agua, ni nosotros ni él sabrá si sabe o no sabe nadar.


Hasta aquí este, 'amododeintroducción' al que os tengo acostumbrados, para afrontar dos cuestiones.

Al igual que no sabemos si el gato de Schrödinger está muerto o no, o si nuestro gato sabe o no nadar, ¿puede que no sepamos si somos creativos o no, hasta que no lo intentemos o seamos conscientes de que lo intentamos?

Para evitar la superposición cuántica de si algo es y no es creativo a la vez, ¿es el receptor de un acto creativo el que de-termina si el acto es creativo en sí mismo?


Si os soy sincero, no tengo una respuesta clara a ninguna de las dos preguntas, aunque tengo una respuesta clara para las dos.


Para la primera, yo siempre contestaría que no es necesario abrir la caja o echar el gato a la piscina para saber la respuesta. 

¡Todos somos creativos!, hayamos sido conscientes o no de haber intentado serlo. Si la prueba del agua la hubiéramos hecho con un caimán, todos habríamos concluido antes de echarlo al agua, que sí sabe nadar porque está en su naturaleza.

Por tanto, si consideramos que la naturaleza humana es 'per se' creativa, no hay superposición posible. No podemos no ser creativos.

Sí es cierto que, para generar un acto creativo, debemos hacerlo de forma consciente.


En cuanto a la segunda pregunta, y enredándola con la Teoría de la Recepción, la intervención del receptor de una acción creativa es determinante, no tanto para tildar de creativa o no a la acción, sino para teñirla de su propio punto de vista.

De ahí que sea tan importante para el pensamiento creativo trabajar ejercicios de perspectiva y de puntos de vista y opinión, porque cada opción puede tener tantas interpretaciones o utilidades como entornos, 'para qués', o receptores tenga.


Sí, sé que esta vez, no he dejado claro casi nada.

Es más creo haber conseguido, de forma premeditada, haber abierto una discusión para la que tengo y no tengo respuestas, en función de lo que queráis que os cuente, o las circunstancias me pidan.


Podemos ser creativos o no y, para terceros, lo que hagamos, podrá ser creativo o no. Pero y además, hay tantas opciones en el mundo creativo que, lo mejor, es no quedarse en dos opciones. La auténtica creatividad radica en tener cuantas más opciones posibles mejor, y que las circunstancias, la perspectiva, el receptor y tu estado de ánimo decidan cuál elegir en cada momento.

Así, el gato de Schrödinger puede que esté vivo, muerto, herido, dormido, en coma, ausente, levitando e incluso de vacaciones, ¡todo a la vez o nada de eso!


¡Gracias por seguir leyendo y, por supuesto, no solo se admiten, sino que se agradecen comentarios!

Yo estoy aquí porque vosotros estáis aquí..., y viceversa.


@fbercebal

@ñaqueeditora

@creatividad

@teatrodecreacion

jueves, 12 de noviembre de 2020

La Noche de los libros · Reuniones de Creación



Hace ya tiempo que no hablo del Teatro de Creación Aplicado.

Espero no tardar mucho en publicar un libro donde recogeré lo esencial de la sistematización de esta técnica, para ser aplicada en cualquier entorno, no solo en el de las artes escénicas.

No obstante, de los elementos que nutren este sistema, hoy me pararé en las Reuniones de Creación. Y para ello me centraré en lo que va a suceder en La Noche de los Libros.


Lo primero que quiero dejar claro es que una Reunión de Creación no es solo, aunque también, una reunión para crear.

Se denominan de creación porque de lo que tratan es de obligar al equipo de trabajo a pensar de otra manera, a hacer asociaciones de la labor de cada cual y llegar a conclusiones variadas y distintas que nos ayuden a tomar decisiones de cara a nuestro proyecto.

En definitiva, provocar a nuestro pensamiento divergente para lograr nuevas vías de trabajo, de investigación, de disfrute o de búsqueda de soluciones.


Este viernes 13 de noviembre es 'La Noche de los Libros' en Madrid.

Este año es casi un oxímoron. Porque cada vez cuesta más mantener abiertos los lugares para vender libros y porque, dadas las circunstancias, admitiremos las 6 de la tarde como noche, para no tener que salir corriendo como Cenicienta antes del toque de queda.


Traigo el tema a colación, porque suele suceder que en un ámbito como el del libro, donde la creatividad está a flor de piel, y no solo por los creadores de lo escrito, sino por los editores y libreros, suele suceder que la mayoría de las veces, un acto en torno a un libro se convierte en algo muy parecido a un acto litúrgico con silencio y respeto de los asistentes, presentación de los protagonistas, una lectura o dos para amenizar el acto y un final donde el público se acerca casi a besar los pies al escritor en forma de dedicatoria.


Por supuesto, no quiero denostar ni a lo uno ni a lo otro, pero cuando menos, ambos actos son previsibles.

Esto implica que la creatividad brilla por su ausencia y la posibilidad de crecer o crear a partir de estas reuniones es mínima.

Sólo queremos presentar un libro, ¿o queremos que los asistentes tengan ganas de leerlo y aprendan con él en las manos?


Ámbitos como el empresarial o el educativo tampoco se salvan 'de la quema', donde las reuniones de departamento parecen calcos de sí mismas a pesar del desarrollo del curso, y las empresariales están resignadas a seguir el orden del día que es un día en orden.

Para su descarga, he asistido a presentaciones de libros que iban mucho más allá de una lectura y unos discursos. Algunas lecturas dramatizadas, algunos 'intercambios de papeles' entre autor y lector, algunas propuestas sensoriales para hacer llegar la obra a los asistentes a través de todos los sentidos posibles...

Y también he asistido a reuniones de departamento que eran unas auténticas recargadoras de baterías y reuniones de empresa de las que siempre salía algo nuevo en lo que empeñarnos. 


En fin. Entonces, ¿qué es y cómo se plantea una Reunión de Creación según el Teatro de Creación Aplicado?


Pues, aunque no lo parezca, es muy sencillo. Se trata de obligar a que todos los participantes de la reunión utilicen, al menos puntualmente y en algún momento, su 'otra forma de pensar'.


La Reunión de Creación es provocadora, intuitiva, organizada y aparentemente caótica a la vez. Eso sí, tiene muy claro el disparador desde el que parte, la idea embrión que empepa todo el proyecto, y los objetivos creativos que persigue, así como el trabajo realizado hasta la reunión y el que se pretende perseguir y organizar tras ella.


Este viernes 13 de noviembre, a las 18,00 horas, a través de este enlace de zoom (pincha aquí), podréis asistir a una presentación de dos libros. Act fullnes de Ana Carril, y Teatro Documento de Mar Amado, además de la celebración del 25 aniversario de ÑAQUE.

Pero y además, no pretendemos que sea un acto social de presentación sin más. Pretendemos que sea una Reunión de Creación en la que, entre autoras, editorial y asistentes, logremos salir de ella con más ideas, con más ganas de leer y de poner en práctica las propuestas y, de alguna manera, ejercitados en nuestro pensamiento divergente.


Para todo esto basta con una sola cuestión, un acto creativo se consigue con una provocación creativa. Así que una Reunión de Creación se consigue cuando se unen personas creativas y se plantea el trabajo de forma inusual.

¿Queréis saber cómo será? pues ya sabes donde pinchar.

Yo puede que, en próximas entradas del blog le de una vuelta más y analice si, al final, conseguimos que fuese una Reunión de Creación o una presentación de libros al uso.


Solo añadiré una pequeña anécdota. Hace ya unos cuantos años, me invitaron a impartir un taller de Animación a la Lectura Teatral para los alumnos de secundaria de un centro educativo en el centro de la interminable Mancha.

El profesorado me advirtió de que la afición lectora no brillaba sobremanera entre sus alumnos y que, para más inri, no iba a ser un taller en 'petit comité', sino que iban a asistir los casi 90 alumnos del instituto, sin filtros de interés, edad o preferencias, en un desolado e inmenso salón de actos.

No os voy a contar el taller porque tardaría unos cuantos blogs... solo deciros que, al acabar, se me ocurrió preguntar quién de entre los asistentes tenía interés en leerse alguno de los libros que había presentado durante el Taller, y ni un solo adolescente dejó de levantar la mano.

El taller no dejó de ser una reunión de Creación, y ellos lo aceptaron así, sin previo aviso.

 

¡Gracias por seguir leyendo y, por supuesto, no solo se admiten, sino que se agradecen comentarios!

Yo estoy aquí porque vosotros estáis aquí..., y viceversa.


@fbercebal

@ñaqueeditora

@creatividad

@teatrodecreacion

jueves, 5 de noviembre de 2020

Talento y/o suerte


Habrá quien reconozca en la fotografía un elemento que le resulte familiar.

De la época de los que saben rebobinar una casette con un boli Bic.

Sin embargo, el famoso 'taco' se sigue editando y sigue proponiendo disparadores que provocan la reflexión, o la sonrisa.

Recojo la frase que podía leerse el pasado 28 de octubre:

Todos piensan que tener talento es cuestión de suerte; nadie piensa que la suerte puede ser una cuestión de talento. Jacinto Benavente

Puede que haya sido cuestión de suerte haber leído la frase, y que la escribiera un dramaturgo y Premio Nobel de Literatura hace casi 100 años.

Sin embargo, he de decir que no estoy totalmente de acuerdo.

Es lo que ocurre cuando las afirmaciones son absolutas.

NADIE???

Sí, puede que haya mucha gente que piense que el talento es cuestión de suerte, pero hay algunos, entre los que me encuentro, que pensamos lo contrario: la suerte, muchas veces, es cuestión de talento.

Suerte, y esta vez no miro el diccionario de la RAE, es un concepto que implica que suceda algo, que se consiga algo, o que se den las circunstancias favorables para algo, sin aparente motivo o justificación.

Que te toque la lotería, que te den el pastel de la vitrina que estabas mirando, que se te acabe el agua justo cuando estás llegando a una fuente, que haga sol justo a la hora que sales de casa un día lluvioso...

En fin, podría enumerar tantas cosas que pueden ser resultado del azar, de la casualidad...

Cuántas veces hemos coincidido en la frase, el pensamiento o la mirada con alguien que va a nuestro lado, 'por azar'.

Cuántas otras hemos repartido elementos 'al azar' y ha resultado que cada uno ha recibido justo lo que quería...


Por supuesto, lo contrario habrá que suponer que es mala suerte.

O, como reza una frase muy manchega cuando no sucede lo que deseamos que suceda..., '¡No estaba de Dios!'


Sí, mucha gente piensa que el talento es una de esas cosas que se tiene o no se tiene y que es la suerte, el azar, la casualidad, la que hace que surja en nosotros tal o cual talento.

El musical, el literario, el deportivo, el oratorio, el artístico plástico, el culinario, el de cuidado de las plantas, la mano con los animales...


En fin que parece que, o se tiene, o no se tiene. Y cuando uno insiste en el entrenamiento o la persistencia o incluso la predisposición mental para ayudar a que las cosas sucedan, a veces, solo a veces, admiten un pequeño margen de mejora que nunca podrá igualar a los auténticos talentosos.


Pues siento discrepar y, aunque hoy no me extenderé mucho seré contundente, or que creo más en la causalidad que en la casualidad.


El talento se entrena!!!!

Puede que haya personas que partan con un poco de ventaja y otras que se topen con dificultades.

Pero y además, nunca dejaré de creer en el ser humano y en su capacidad de crear, creer y crecer, en todo aquello que se proponga.

Hay cualidades que pueden estar más o menos presentes en el ser humano, pero ese talento, sea el que sea, hay que entrenarlo.


Por muchas habilidades que uno tenga, si no las entrena, aunque sea mentalmente, acabará perdiéndolas.

Y por muy aparentemente pocas habilidades que se tengan para otra cierta cuestión, si uno se empeña, esfuerza y cree en sí mismo, podrá llegar a cotas que nunca habrían imaginado los que creen en que el talento solo se puede tener y no desarrollar.


Dejadme que ponga solo dos ejemplos muy evidentes. 

El primero, por obvio, no deja de ser clarificador. Los juegos paralímpicos son una ebullición de talentos surgidos del entrenamiento, el esfuerzo y la creencia en el ser humano. Ya no es que sean un ejemplo para otras personas con dificultades similares. Es que me gustaría ver a más de uno intentar competir a un nivel ni parecido. 

El segundo, un desarrollo muy personal. Yo mismo, de pequeño, y de joven, e incluso ya con cierta edad, era una persona con un sentido del olfato y del gusto muy poco desarrollado. Cualquiera, vistos mis 'talentos', jamás habría apostado por mí en un concurso de cocina, o, tal vez, como sabueso investigador de olores para distinguir situaciones potencialmente peligrosas. De hecho, habría podido ser el protagonista del chiste del estudiante y el amoniaco. Pero me empeñé. Probé. Entrené. Jugué. Me ejercité, y actualmente puede que siguiera sin ganar un concurso de cocina, pero os aseguro que puedo distinguir en cata a ciegas, muchos alimentos, sabores y matices que ni de lejos me hubiera imaginado hace años.


Habrá quien piense que eso es fácil. Que lo difícil es el talento para el arte, para los números, para la música, para el deporte de élite, para los negocios...

Podría poneros más de uno y más de diez ejemplos de cada ámbito en el que el talento demostrado no ha sido sino la consecución del esfuerzo y el entrenamiento.


Habréis notado que para contrarrestar una posición radical, me he colocado en el otro extremo. Es muy posible que la combinación de ambas cuestiones sea la realidad última pero, si he de decantarme sobre en quién confiar, prefiero confiar en alguien con un talento entrenado que en alguien con un talento heredado. El primero, lo pondrá mucho más en valor.

¿Probamos?

O mejor dicho, ¿queréis ponerlo a prueba?


Si estáis seguros de que el talento es tan solo cuestión de suerte, planteadme retos.

Si estáis conmigo, en que la base del talento es el esfuerzo... Ya sabéis lo que tenéis que hacer.

Entrenad!!!



¡Gracias por seguir leyendo y, por supuesto, no solo se admiten, sino que se agradecen comentarios!

Yo estoy aquí porque vosotros estáis aquí..., y viceversa.


@fbercebal

@ñaqueeditora

@creatividad

@teatrodecreacion

 

jueves, 29 de octubre de 2020

Sinestesia


Andaba yo explicando estos días a mis alumnos de arte lo que era la sinestesia, con el fin de no solo saber qué es, sino cómo utilizarla de forma consciente para poder exponer, proponer ideas, puntos de vista, sensaciones... 

Porque la sinestesia tiene que ver con las sensaciones. Como esa infusión de colores que ilustra esta entrada de vuestro blog.

Y si no, veamos lo que dice el diccionario de la RAE.

1. f. Biol. Sensación secundaria o asociada que se produce en una parte del 
cuerpo consecuencia de un estímulo aplicado en otra parte de él.
2. f. Psicol. Imagen o sensación subjetivapropia de un sentidodeterminada por 
otrsensación que afecta a un sentido diferente.
3. f. Ret. Unión de dos imágenes o sensaciones procedentes de diferentes 
dominios sensoriales, como en soledad sonora o en verde chillón.

Hay quien afirma que hay personas sinestésicas y otras que no lo son. Es decir, que hay personas que son capaces de captar sensaciones de un sentido concreto, con impulsos de otros sentidos.

Personas que sienten la música como sabores u olores; personas que ven en cada grafismo, letra, número..., un color concreto; personas que son capaces de oír la comida o personas que, según los olores que aprecian, reaccionan con frío, calor, estremecimiento o dolor corporal.

Bien, y ahora pregunto... ¿Cuántos de los que estáis leyendo este blog os habéis sentido identificados con alguno de los ejemplos que he enumerado? Con uno..., o con varios.

Y me voy a atrever a apostar que casi todos habréis descubierto, si es que no lo sabíais ya, que tenéis reacciones sinestésicas.


Esta sería mi primera afirmación: Todo ser humano, por el hecho de ser humano, es creativo. Y todo ser humano, capaz de realizar asociaciones imprevisibles, puede desarrollar cualidades o predisposiciones sinestésicas.


¿Qué hace que se piense que solo un 1 % de la población -Muy interesante dixit-, tiene esta cualidad o 'malfunction'? 

Y utilizo 'mal funcionamiento' porque el planteamiento que apoya esta afirmación contempla el concepto de persona sinestésica como aquella que tiene los sentidos mezclados.

Esto está dando por hecho que esta 'cualidad' es negativa, porque la persona no es capaz de reaccionar con el 'sentido adecuado' ante el impulso recibido.

Esa predisposición a pensar que muy pocos tienen esa conflictiva mezcla de sentidos, podría estar detrás de la convicción de que solo una parte pequeña de la población es creativa.


Pero, ¿y si lo miráramos desde el punto de vista positivo? Es una clave del pensamiento creativo: observar las cosas desde otros puntos de vista.

¿Y si la capacidad de reaccionar con los sentidos 'equivocados', es realmente una cualidad que nos hace apreciar las cosas de forma más holística y completa y evita prejuicios y malentendidos?


Y dando un paso más, si partimos de la base de que la creatividad es entrenable... ¿no ocurrirá lo mismo con la capacidad de reaccionar de manera sinestésica?


Propongo un ejercicio muy sencillo.

Creo que lo comprenderán más fácilmente personas de infancia preconstitucional o alumnos de entornos del estilo educativo Montesori o similar.

¿De qué color es el número 3?

Si tu respuesta ha sido verde, estás entre la gran mayoría que, además, piensa que el 5 es amarillo o rojo y que el 0 es blanco.

¿Has utilizado regletas alguna vez como las de la foto? Puede que esto te haya condicionado. O simplemente es que, el 3, es verde para la mente humana sinestésica.

Bien es cierto que cada cual tiene una percepción personal de las cosas, y por eso es muy difícil que todos coincidamos en el color de un número. Pero el simple hecho de que hayas pensado que un cierto número lo tienes relacionado de forma casi automática con un color concreto, nos da pie a pensar que todos tenemos algo de sinestésicos.

¡Cuántos olores o sabores producen reacciones corporales que tienen más que ver con el tacto!

¡Y cuántas veces nos resulta más fácil definir un sonido o una voz con adjetivos más propios de la vista, el gusto o el tacto. Y además, la referencia es un lugar común: Voces dulces, oscuras, duras, ásperas.

O, en sentido opuesto, colores chillones, sabores estruendosos o telas que no dicen nada...


En fin, tras mi 'breve' introducción, me gustaría plantearos hasta qué punto entrenar la sinestesia es algo que viene bien al entrenamiento creativo o, quizás, es que existen ya entrenamientos creativos que nos predisponen a sentir sinestesias.


Uno de los 'jueguercicios' más conocidos en el mundo de la creatividad, popularizado en la eclosión de los manuales de pensamiento divergente por Edward de Bono en su libro Creatividad: 62 ejercicios para desarrollar la mente, pero que no deja de ser el desarrollo de un juego lingüistico del libro de Gianni Rodari Gramática de la fantasía, son lo que Rodari llamó los binomios fantásticos y lo que de Bono luego presentó como asociaciones de palabras aleatorias.

Consiste simplemente en elegir dos palabras al azar, y construir una frase, un poema, un cuento o todo un tratado asociando ambos términos.

No es que sea la base del pensamiento creativo, pero es una de las herramientas más implicadas y reconocibles en la creatividad: la asociación de ideas no realizada hasta el momento.

Asociar dos palabra para un cuento, o dos ideas para una solución, o dos...

De hecho, en mis formaciones de empresa, me gusta poner como ejercicio a personas que vienen de proyectos empresariales distintos y no necesariamente del mismo ámbito, y proponerles que busquen un producto que sea la intersección, la colaboración o la asociación de sus dos proyectos. Ahora se llama sinergia. Pero no deja de ser una provocación creativa.


Si en creatividad, por tanto, nos encanta unir dos piezas que aparentemente no encajan, con pegamentos que, aparentemente no pegan, para lograr ideas inexploradas, distintas o, cuando menos, divergentes, ¿no deberíamos utilizar la sinestesia, como método de entrenamiento mental, para que nuestro cerebro esté acostumbrado a buscar uniones entre universos inconexos?

O visto desde el otro extremo, ¿a un pensamiento creativo, no le resulta más fácil y comprensible la mímesis de sensaciones de propuestas sensoriales cruzadas?


Bueno. Lo dejo para reflexionar y para practicar.

Probad a buscar esos cruces de sensaciones y posiblemente cada día lo sentiréis de forma más natural y automática.

Y lo que es mejor. Si vuestra capacidad de sinestesia está entrenada, vuestra mente creativa estará más predispuesta a ver la posibilidad de unir ideas inconexas, soluciones a problemas, y nuevas vías de escalada en paredes aparentemente inexpugnables.


¿Lo probamos?

¿Me contáis vuestras experiencias?


¡Gracias por seguir leyendo y, por supuesto, no solo se admiten, sino que se agradecen comentarios!

Yo estoy aquí porque vosotros estáis aquí..., y viceversa.


@fbercebal

@ñaqueeditora

@creatividad

@teatrodecreacion