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viernes, 31 de julio de 2020

El descanso forma parte del entrenamiento... 2


Hace más de 5 años titulé un post de la misma forma, sin el 2.

 

Y hacía hincapié que, al igual que en deporte cuyos sabios entrenadores insertan en las rutinas y periodos de entrenamiento unos tiempos de reposo y descanso, si considerábamos que la Creatividad era entrenable, algo en lo que ya estamos todos de acuerdo, necesitábamos igualmente momentos de relax y refresco creativo para mejorar nuestro rendimiento.

 

Sé que habrá habido mucha gente que, en este obligado confinamiento, haya aprovechado para descansar.

No ha sido mi caso.

 

Así que desde hoy, hasta septiembre, no voy a parar, pero sí voy a bajar el ritmo, porque quiero empezar el curso con fueras renovadas e ideas frescas y novedosas.

 

Insisto que no voy a parar del todo, pero no seré tan previsible.

 

Y es que, a partir de septiembre, pretendo:

 

ÑAQUE EDITORA Reforzar los proyectos editados hasta ahora como 12 vidas, Talento Reblede & PirataKafka en escena, Modo Avión, Manual de Interpretación en verso o Adolescer, y preparar el aterrizaje de nuevos proyectos como Teatro Documento con Mar Amado o Act-Fulness con Ana Carril #act-fulness.

 

ÑAQUE Gestión de Proyectos Provocar de nuevo a jóvenes y no tan jóvenes emprendedores en los ámbitos de la cultura y la creatividad, con formaciones, asesoría, apoyo, mentoring. Estar ahí para quien nos necesite y para impulsar proyectos de la mano si hace falta.

 

ESG A quienes han conocido Caixa Escena, o Cómo dice TE QUIERO un creador, les va a encantar este nuevo proyecto que estamos empezando a fraguar para educar en la respnsabilidad social a todos los niveles.

 

REBELDÍA CREATIVA Necesitáis que un talento rebelde y un provocador creativo os estructure, os provoque, os ayude, trabaje con vuestro equipo, lo forme y estimule, organice las ideas o desatasque vuestra dinámica? estamos preparádonos para ayudaros a todo eso y mucho más desde las emociones y el pensamiento creativo

 

Y mientras tanto, calentando motores para TransMigrArts, para PIRAN2025, para proyectos de Teatro de Creación...

 

Y clases, y seminarios, y talleres, y un libro nuevo que quiere acercar mi tesis a lectores ávidos de sistematizar cuestiones insistematizables...

 

En fin, bajando revoluciones para revolucionarme en breve.

 

Te apuntas?

 

Si te interesa alguno de los temas o tienes alguno en el que crees que nuestra fuerza puede ayudar a empujar? Dínoslo. Iremos a por ello juntos, con más energía que nunca.


Gracias por seguir leyendo.

Yo estoy aquí porque vosotros estás ahí y viceversa.

 

 


viernes, 24 de julio de 2020

Ser creativo es ser inteligente?


Como alguien apostilló no hace mucho en este blog, una de mis mayores virtudes es la de provocar. Me encanta hacerlo y disfruto cuando logro que, con mis palabras, surjan reflexiones de otros. Incluso mejor, acciones de otros.

Más aún, no solo me hace feliz provocar, sino que me entusiasma cuando lo hacen conmigo. Esta nueva etapa del blog se está caracterizando por la concatenación de temas en función de lo que vosotros, lectores, me lanzáis. Me provocáis.


Pues bien. Uno de los últimos comentarios rezaba: 'Debe la persona ser inteligente para crear? O sea, la creación es parte de la inteligencia o viceversa?'

Y perdonad que no sea creativo en la respuesta, pero me encanta que me hagas esa pregunta.


Como he hablado mucho de lo que es ser creativo, me gustaría centrarme primero en qué es ser inteligente.

Desde que yo era pequeño, era habitual en los centros escolares realizar tests de inteligencia para, por qué no admitirlo, descubrir las carencias y virtudes de cada cual y facilitar la labor docente sabiendo de dónde podían o debían tirar más o menos de ti.

Desgraciadamente, también servían para encasillarte.
No se hablaba del más o menos inteligente, sino del 'tonto' y del 'empollón'. Adjetivos que, hoy en día, en esta era de piel más fina, serían objeto de denuncias por acoso escolar. Pero eso es otra historia.


A donde yo quería ir es que esos tests miden 'un tipo de inteligencia'. El famoso IQ (en alemán Intelligenzquotient), o CI (en castellano cociente intelectual).
Capacidades lingüísticas, matemáticas, visuales, abstracción...

No fue hasta 1990, con Peter Salovey y John Mayer, que se empezó a utilizar el término que luego hizo popular Daniel Goleman de Inteligencia Emocional (IE).
Esta mide otros parámetros más relacionales como la conciencia de uno mismo, la empatía, las habilidades sociales...

Y podría pero no quiero embarrarme más con Gardner y sus inteligencias múltiples. 

Así que, ¿a qué llamamos inteligencia? 
Y segunda pregunta, ¿es proporcional la creatividad a alguna de estas varas de medir?

Según el propio Goleman, el éxito personal, profesional y económico, tiene poca relación causa efecto con el CI.
Ya que, por muy inteligente (CI) que uno sea, si no es capaz de poner sobre la mesa sus capacidades con una buena dosis de control de las emociones personales, sociales, empatía, asertividad, resiliencia... No podrá aprovecharlas adecuadamente.

De hecho, hay estudios que, desde principios del siglo pasado (Terman, Universidad de Stanford), constatan que no existe correlación entre CI y éxito profesional, sin embargo, otros más recientes sí la encuentran entre la IE y el éxito personal, financiero y profesional.


Pero cuidado. No es una relación directa. Es una relación de facilitar la posibilidad de mejorar.

Y aquí es donde entra, por fin, la creatividad.


En el programa Educación Responsable de Fundación Botín, en el que trabajé durante 4 años, se comenzó hace ya unos cuantos años a trabajar, con el profesorado de centros docentes, los aspectos más necesarios para lograr una mejora educativa a través de tres áreas fundamentales: lo emocional (personal, empatía, autoestima) lo cognitivo (autocontrol, toma de decisiones) y lo social (interacción, asertividad).

Entonces se abrió paso un bloque que cuadró el círculo, o que hizo que la fusión de los bloques adquiriera mayor sentido si cabe: la creatividad.

El módulo creativo se imparte al profesorado una vez desarrollado el resto, y su funcionalidad está enfocada a la búsqueda de respuestas y soluciones a problemas.

Generación de ideas.


Dicho todo lo anterior, permitidme que vuelva a escribir la provocación inicial: 'Debe la persona ser inteligente para crear? O sea, la creación es parte de la inteligencia o viceversa?'

Y ahora me temo que me repetiré en argumentos ya aparecidos en este blog aunque los objetos de argumentación no sean los mismos.


Lo primero es que cada cual, por el hecho de ser persona, ES creativo y SE HACE creativo. La creatividad se entrena y como la creatividad, el CI y la IE, son igualmente entrenables.

Y claro, el entrenamiento para mejorar el pensamiento creativo mejora, indirecta y directamente el CI y la IE, porque trabaja la perspectiva, lo novedoso, las relaciones inusuales, la búsqueda de ideas, la espontaneidad, la improvisación, la divergencia... Y todo ello mejora el aspecto intelectual del individuo.


Lo segundo es que, al igual que ser creativo no significa ser innovador, ser creativo tampoco significa ser inteligente. 

Por supuesto, para innovar se necesita el pensamiento creativo porque estimula la generación de ideas y hace posible que se cuente con muchas más opciones para seguir el camino de la innovación. 

De la misma manera, el entrenamiento creativo mejora aspectos que, a su vez, mejoran, entrenan y perfeccionan tanto las capacidades medidas en un test CI, como los aspectos personales, sociales y cognitivos de la IE.


Lo tercero es que, consideremos el tipo de inteligencia que consideremos, incluso las inteligencias múltiples de Gardner, esta necesita que nuestro cerebro esté abierto a nuevas opciones, a nuevas conexiones, a crecer... 

Eso es lo que mejor sabe hacer el entrenamiento creativo.

Ser provocador creativo no es otra cosa que obligar a tu cerebro a que piense de otra manera.

Y si tu cerebro ya pensaba bien de la manera 1, siempre será más inteligente si es capaz de pensar también de la manera 2.


Por tanto, y para no aburriros más, dejadme que, por tercera vez, repita el cuestionamiento: 'Debe la persona ser inteligente para crear? O sea, la creación es parte de la inteligencia o viceversa?'

Sí, es mi respuesta a las dos preguntas. Pero y además, con los siguientes matices.

.- Las personas no somos inteligentes en contraposición a 'tontas'. Todos somos inteligentes. Algunos con mayores capacidades para un test CI y otras para uno de IE. Eso sí, todos tenemos un cierto grado de inteligencia que es imprescindible para poder obligar a nuestro cerebro a ser creativos.

.- No solo todos somos inteligentes, en mayor o menor medida sino que, como ya he dicho en más de una ocasión, el hecho de ser seres humanos nos hace ser, inherentemente, creativos... en mayor o menor medida.

.- La manera de lograr incrementar nuestra inteligencia y nuestra creatividad no depende de nuestra fisiología ni nuestra genética enteramente, sino y fundamentalmente, de nuestro entrenamiento.

.- Y, definitivamente, SÍ. La creación forma parte de la inteligencia en tanto en cuanto elemento para mejorarla ya que, si entrenamos nuestras capacidades creativas, nuestra capacidad de generar ideas, nuestra capacidad de hacer pensar a nuestro cerebro de forma distinta, le pondremos una alfombra roja a nuestra inteligencia, medida de la forma que queramos, para que tenga más fácil la posibilidad de crecer.


¿Esto es automático?

Ya he dicho muchas veces que esto de la creatividad no es fácil, cansa y necesita entrenamiento. 

Nadie dijo que fuera fácil... 

Pero y además, lo es.


¡Gracias por seguir leyendo y, por supuesto, no solo se admiten, sino que se agradecen comentarios!

Yo estoy aquí porque vosotros estáis aquí..., y viceversa.

viernes, 17 de julio de 2020

Web nueva


Esta semana es distinta.

No voy a hablar de empresas, O... sí!!!

No voy a hablar de equipos, o... sí!!!

No voy a hablar de Devising Theatre, o... sí!!!

No voy a hablar de provocación creativa, o... sí!!!

No voy a hablar de Drama, o... sí!!!

No voy a hablar de Pedagogía de la Expresión, o... sí!!!



Porque esta semana solo os quiero invitar a que paséis por la nueva página web de ÑAQUE.


Nuestra empresa, esa que lleva ya 25 años dando la lata para intentar motivar a las personas a que lean teatro y a que utilicen herramientas del teatro, la expresión y la creatividad para mejorar la educación, la empresa y el arte.

Un equipo reducido pero muy comprometido, que se rodea de equipos en cada proyecto, en cada libro, en cada propuesta, para sacar de cada uno lo mejor que tiene. María, Natalia, Fernando, Adriana, Juanma, Jesús...

Libros de Devising Theatre y la propia filosofía y técnica del Devising para desarrollar proyectos como ADOLESCER.

Libros que buscan la provocación creativa como Talento Rebelde, para que sigáis mejorando en vuestra vida y vuestro trabajo.

Drama en libros, en textos, en historias, en la propia pedagogía y en un buscador que desgrana toda esta librería por géneros, colecciones, e incluso pudiendo elegir el número de personajes de las obras.

Y Pedagogía de la Expresión como buque insignia de esta editorial que sigue creyendo en la labor que hace y en que esa labor tiene un sentido y un valor por el que merece la pena seguir peleando.


Solo quería invitaros a www.naque.es

A partir de ahí, seguiremos trabajando.


¡Gracias por seguir leyendo y, por supuesto, no solo se admiten, sino que se agradecen comentarios!

Yo estoy aquí porque vosotros estáis aquí..., y viceversa.




jueves, 9 de julio de 2020

La navaja de Ockham


Este vuestro blog se nutre de vuestros comentarios, de vuestras preguntas y dudas, y de vuestras preocupaciones.

Hace unos días, andaba yo en ambiente relajado con mi hermana María José, a quien no le funciona nada mal el coco, cuando salió a relucir el principio de la navaja de Ockham que, como no tiene una redacción unificada, resumiré de la siguiente manera:
'En igualdad de condiciones, la explicación más sencilla suele ser la correcta'.


Surgía esta cuestión porque yo acababa de reiterar uno de mis casi mantras: la creatividad cuesta, y el pensamiento creativo es obligar al cerebro a pensar de otra manera

A primera vista, podría parecer que son dos conceptos que se contraponen, pues uno busca la simplicidad y el otro se basa aparentemente, en huir de lo sencillo.

Si defiendes el pensamiento creativo, pareces defender la complejidad, si defiendes la navaja de Ockham, defiendes la simplicidad.

Sin embargo, la conclusión rápida a la que llegamos es que no son posiciones contrapuestas.


Es cierto que, según esta filosofía de la navaja, 'no hay que complicarse la vida para solucionar las cosas'. Y esto es aplicable a cualquier campo del pensamiento y la acción. Desde la filosofía a la ingeniería, pasando por la educación o el marketing y el business.

En el otro aparente extremo, el pensamiento creativo busca complicarle las cosas al cerebro para que no piense siempre de la misma manera, desde lugares comunes, con las respuestas ya sabidas y llegando a las mismas metas y conclusiones.


¿Pero acaso esto es incompatible? 

El principio de la navaja de Ockham también es conocido como principio de economía, parsimonia o simplicidad, y aboga por la igualdad de condiciones para elegir la solución más sencilla como la más eficiente. 


Planteemos un caso.

Ante un problema A, se nos ofrecen dos posibles soluciones. La número 1 es más complicada y necesita más esfuerzo y elementos que la 2. Elegiremos la 2 porque, normalmente, será la correcta.

Hasta aquí, el pensamiento creativo no tiene nada que decir a favor ni en contra.


Ahora imaginemos que ese mismo problema A se repite como A', al cabo de un período de tiempo suficiente como para que los elementos que necesitaba la solución 1 se hayan minorado y por tanto también el esfuerzo necesario. De repente, la evolución tecnológica o incluso la lógica, manteniendo el principio de economía, elegirá entonces la solución 1.

El pensamiento creativo sigue sin tener nada que objetar.


Por último, imaginemos que para solucionar el problema A, tras mucho tiempo A'', se siguen poniendo encima de la mesa las soluciones 1 y 2 y de repente, alguien, utilizando un mecanismo de generación de ideas a través del pensamiento creativo, logra añadir una solución 3, y una 4, y una 5, y una 6, así hasta 100 ideas posibles para solucionar el problema A''.

Es muy probable que esta vez, para el problema A'', y continuando con el principio de simplicidad, la solución más sencilla pase a ser la 37, o la 52, o la 88 o, quizás, vuelva a ser la 1.


Vemos pues que, el hecho de trabajar el pensamiento creativo para la búsqueda de soluciones, no es incompatible con Ochkam. Muy al contrario, lo que hace es abrir el abanico de opciones para que Ockham trabaje a sus anchas.

La creatividad no da LA solución. Lo que hace el pensamiento creativo es aportar diversidad de perspectivas, de principios de aproximación, de cuestionamientos, de propuestas... Expone todos y deja, a quien corresponda, la responsabilidad de elegir.

Como la imagen que ilustra este blog. Cuando pensamos en la naja de Ockham, la mayoría piensa en una navaja de barbero con mango de madera, rústica y sin más alharacas. El pensamiento creativo ayuda a verlas de colores y, por qué no, unas en un sentido y alguna que otra yendo a contracorriente de lo 'normal'.


Por eso siempre, en las formaciones de empresa, advierto que la diferencia entre la creatividad y la innovación, no es que la primera sea ya de por si innovadora. No. La creatividad ofrece al innovador multitud de posibles respuestas y quien haya de aplicar estas respuestas a la realidad, es quien debe determinar si lo que necesita es innovar, economizar, sorprender, mantener la tradición o, simplemente, seguir a pie juntillas el principio de la navaja de Ockham que, dicho sea de paso, deja claro que 'la solución más sencilla SUELE ser la correcta'... 

O... no!


Lo único en lo que me ratifico como cuestión básica es que, para tratar de ser innovador, tratar de economizar, tratar de ser sorprendente o de mantener la tradición, resulta mucho más sencillo si anteponemos un proceso de pensamiento creativo que sacuda el árbol, que es nuestro cerebro, en conexión con los árboles de nuestro equipo, para partir de un conjunto mucho más numeroso y variado de propuestas y de ideas, que evite los lugares comunes, y que obligue al cerebro a pensar de otra manera, desde otras perspectivas y cuestionamientos, sean cuáles sean nuestros propósitos.


En fin, sigamos aportando ideas desde el pensamiento creativo para que aquellos que las necesiten tengan más de donde elegir. Puede que muchas de ellas no lleguen, aparentemente, a ningún sitio. Pero y además, acabarán en nuestro archivo de ideas donde puede que, algún día, las recobremos en cualquier otro proyecto o propuesta.


¡Gracias por seguir leyendo y, por supuesto, no solo se admiten, sino que se agradecen comentarios!

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jueves, 2 de julio de 2020

¿Qué es el Teatro de Creación?


A petición de varios lectores del blog, de vez en cuando voy a bucear en la teoría y la práctica del Teatro de Creación como dinámica y forma de trabajo.
No en vano, el blog trata de eso, pero lo suelo bordear al tratar temas que el Teatro de Creación o el pensamiento creativo aplicado soslayan o abordan a veces de formas directas y otras más indirectas.

Pues bien, para empezar, nada mejor que definir lo que para mí, y muchos otros antes y después que yo, entendemos como Teatro de Creación.

Bien es cierto que hace poco más de medio año, defendí mi tesis doctoral precisamente con este tema, y no voy a exponer la tesis en el blog, aunque algunas cuestiones son esenciales y las escribiría en la tesis, en el blog, en un libro y hasta en una servilleta.

Un primer punto es explicar que estamos hablando de la corriente anglosajona conocida por Devising o Devised Theatre y que su traducción al castellano la hice por primera vez yo mismo, al traducir, colaborar y editar la versión española del libro de Chris Baldwin y Tina Bicât Devised and Collaborative Theatre. Estamos en 2002. Y es la primera vez que se escucha y se lee ese binomio Teatro de Creación.

Para definir un concepto, a menudo, no hay nada mejor que aclarar lo que no es.

Y Teatro de Creación no es teatro creativo, ni teatro colectivo, ni teatro social, ni teatro comunitario, ni siquiera teatro centrado en el ciudadano, porque en realidad puede ser todos ellos y ninguno.

Puede ser teatro creativo porque provoca y hace intervenir el pensamiento y el proceso creativos, pero puede dar como resultado una propuesta clásica o aparentemente tradicional.

Puede ser teatro colectivo porque no se basa en la creatividad de un director-dios como en el más tradicional de los teatros, pero no es colectivo en el sentido de hacer todos de todo, sino que hay una especialización clara de cometidos, funciones y aportaciones personales y creativas.

Puede ser teatro social porque muchas veces se utiliza para trabajar con colectivos o situaciones de necesaria acción social, pero no es un objetivo estructural sino más bien un ámbito de aplicación de esta metodología.

Puede ser teatro comunitario porque se tiene en cuenta el entorno social y la comunidad donde se desarrollo cada proyecto, pero ha de estar desarrollado en torno a una estructura profesional, y no exclusivamente social.

Puede ser teatro centrado en el ciudadano, porque parte de disparadores y desarrolla ideas embrión que pueden partir de la propia realidad de los habitantes de una ciudad o un área, pero de nuevo es un ámbito de aplicación, no un elemento esencial del modelo.


Puede ser muchas cosas pero y además, al igual que fui el primero que tradujo el término al castellano allá por 2002, este noviembre pasado, defendí la tesis donde por primera vez, internacionalmente, he estructurado y definido una metodología con elementos conceptuales esenciales para entenderlo, y elementos metodológicos que desarrollan una forma de crear, ya no solo teatro como pieza artística, sino un desarrollo estructural para trabajar en equipo y trabajar por proyectos en ámbitos artísticos, educativos, empresariales y sociales.


Reitero que no voy a reflejar la tesis en este blog, ni siquiera por capítulos, aunque sí dejaré caer alguna píldora.


En esta ocasión abro el melón utilizando dos conceptos que definen y soportan esta metodología: el Disparador y la Idea Embrión.

Muy resumidamente, el Disparador es el elemento provocador del acto creativo y las ideas
Es la idea inspiradora. La provocación.
En el teatro más tradicional, una puesta en escena suele tener como disparador un texto teatral. 
En el Teatro de Creación este disparador puede venir dado por un texto, pero y además, puede ser una noticia, un cuadro, una imagen, un congreso de un tema científico o cualquier elemento que nos provoque contar algo.

La Idea Embrión es la esencia que da sentido y justifica cada rincón del proyecto.
En cualquier proyecto artístico hay un mensaje o una idea que subyace en todo el proyecto, y es lo que lo solidifica y lo que lo hace de interés y calidad. Podemos partir del mismo texto teatral, del mismo disparador, y llegar a productos distintos, porque nos haya provocado desde perspectivas muy distintas.
Solo tenéis que pensar en algún montaje teatral o libro o película de la que hayáis visto varias versiones.
Cada versión se apoya en una Idea Embrión distinta. Desde un cuento de Caperucita infantil y previsible, a una película casi gore partiendo de la misma historia.

Pues el Teatro de Creación se deja provocar, parte de un disparador y, cuando el equipo decide cuál es la idea embrión, qué es lo que realmente importa en el proyecto y queremos destacar, sea educativo, artístico, empresarial o social, todo lo que desarrollemos va a tener ese tinte o tendencia. 
Si el cuento es infantil, la luz y los colores no podrán tener nada que ver con la versión gore.
En uno queremos defender la virtud de la inocencia que siempre acaba ganando, en el otro, la lucha de las fuerzas del bien y del mal que nunca están totalmente definidas.

Bueno, podría estar hablando horas y horas y dando cientos de ejemplos, pero os recomiendo tres lecturas. Dos a las que podéis acceder y una que está por llegar.

La primera, por supuesto, el libro de Baldwin y Bicât, Teatro de Creación.

La segunda, podéis bucear en mi forma de trabajo en Los límites del círculo, con capítulos específicos de Teatro de Creación aplicado. 

La tercera, os recomiendo la colección ADOLESCER, que verá la luz a comienzos del próximo curso, y que aglutina 13 obras de 13 dramaturgos españoles que han desarrollado 13 textos en 13 géneros dramáticos distintos, con la idea de ser trabajados y montados por Jóvenes Compañías. El volumen 13 no es un texto. Es una propuesta de Teatro de Creación realizada desde mi propia experiencia. 
Podéis incluso reservar la colección con precios ventajosos antes del 31 de julio.

Por último, es una promesa, quiero publicar mi propia tesis, al menos a trocitos, y esperamos que a  principios de 2021 podamos tener uno de esos primeros trocitos, en el que se describa, qué, cómo y para qué el Teatro de Creación.

Sé que es casi tirar la piedra y esconder la mano, pero tenía que empezar por algún sitio.

¡Gracias por seguir leyendo y, por supuesto, no solo se admiten, sino que se agradecen comentarios!

Yo estoy aquí porque vosotros estáis aquí..., y viceversa.