Aparentes
contradicciones en creatividad
¿Las cosas de muy cerca se ven peor? ¿Contradicción?
Cada
vez con más frecuencia, se enumeran y analizan las cualidades del pensamiento
creativo, de los niños creativos, de las acciones creativas...
Está
de moda, interesantemente de moda, el pensamiento creativo y su aplicación en
la educación, las artes, la empresa, la salud...
Lo
que ocurre que, como 'creativo', como 'pensador divergente', me gusta darle la
vuelta a las cosas a ver qué se ve del otro lado.
Cambiar
la perspectiva que ya comenté en mi post anterior.
Acercarme
mucho aunque se vea, aparentemente, peor.
Por
eso me gustaría plantear una serie de post, aún no sé cuántos, que reflejen
aquellas aparentes contradicciones que suponen las habituales características
del pensamiento creativo.
Estoy
hablando, por ejemplo, del concepto de riesgo, la capacidad de improvisación,
la diversión en su doble acepción, la búsqueda de ideas nuevas, el uso del modo
de pensamiento lateral, o modo 2...
Todas
estas características tienen, o pueden tener, un doblez, según se plantee su
aplicación.
Así
pues, dejadme que empiece por una de estas características: el riesgo.
1ª Contradicción: Arriesgar sobre seguro
Arriesgar
es una característica propia del pensamiento creativo. Si uno no arriesga, no
descubre ideas nuevas, no hace asociaciones inesperadas, no se encuentra con
situaciones inhabituales...
Sin
embargo, quienes hayáis trabajado conmigo o leído mis escritos, sabréis que
siempre he defendido la idea de no arrojarse sin red. De salirnos de nuestro
círculo, lo que ahora se viene a llamar 'zona de confort', con un asa de
seguridad, con un arnés, o con alguien que nos sujete desde un lugar seguro.
Habrá
quien diga: ¿Cómo se puede ser creativo, siendo arriesgado y, a la vez, agarrarse
a un lugar seguro?
Es
nuestra primera aparente contradicción.
E
insisto en lo de aparente.
Lo
de arriesgar no significa suicidarse, olvidarse de todo, no utilizar nada de lo
aprendido, de lo adquirido, de lo alguna vez utilizado o experimentado.
Arriesgar
implica buscar nuevas opciones sin olvidarse de lo ya asegurado y comprobado.
Podríamos
definirlo con la técnica de utilizar la negación de su contrario.
Es
decir, aquél que no arriesga, simplemente utiliza lo que ya tiene a mano, lo ya
probado y comprobado, y lo usa sabiendo cómo usarlo y con qué objetivo.
El
pensamiento creativo busca elementos que no se tienen a mano, o propuestas no
comprobadas, o usos novedosos o desconocidos para quien lo va a implementar o,
simplemente, sin fijar un objetivo concreto al que apuntar.
Arriesgar
es tener en cuenta alguno de estos aspectos... Pero y además, no necesariamente
TODOS!!!
Porque
si alguien pretendiera utilizar elementos que habitualmente no se tienen a
mano, sin conocer su reacción o uso, sin idea del cómo ni el para qué... Solo
la casualidad dará algún resultado... Pero y además, la casualidad no es
creativa... En todo caso, la causalidad...
Por
tanto, insisto en que para ser creativos hay que arriesgar, aunque de modo
seguro.
Y
diréis... ¿Y por qué no hacer alguna locura de vez en cuando, y saltar al vacío,
sabiendo que las cicatrices tienen cura, y que solo los locos ven el mundo de
una manera invisible a los demás?
Me
parece precioso. Pero y además, no lo llames pensamiento creativo. Llámalo
locura transitoria y espera a que la casualidad sople a favor.
Claro
que hay que arriesgar. Uno no puede pasarse su vida, ni su trabajo, haciendo
siempre las mismas cosas.
Claro
que asomarse a rincones ignotos u objetivos aparentemente inalcanzables, es lo que
hace que la humanidad y su maravillosa capacidad de crecimiento, avance sin
parar.
Claro
que uno no puede esperar a que las ideas surjan de hacer siempre lo mismo de
las misma forma con las mismas ideas y objetivos.
Lo
que sucede que tampoco podemos despreciar, sin más, todo aquello que ya hayamos
consolidado y nos ayude a tomar impulso, asegurar lo que probamos, o apoyar las
nuevas vías de búsqueda.
Es
maravilloso salir corriendo con los ojos cerrados... Sabiendo que hay alguien
al otro extremo de la sala que va a sujetarte y a parar tu carrera.
Ya
es un enorme riesgo confiar en esos brazos para sujetar tu carrera a ciegas.
Lo
que sería locura, y no riesgo, sería salir corriendo sin saber si hay alguien
al otro lado.
Piensa
en eso.
Piensa
en que hay que arriesgar.
De
vez en cuando, hay que ir incluso en contra de nuestras propias convicciones.
De
vez en cuando, hay que saltar al vacío.
De
vez en cuando, hay que olvidarse de todo aquello que ha sido lo que nos ha
rodeado hasta este momento.
De
vez en cuando, alguna vez, hay que pensar que lo que no hemos querido intentar
hasta ahora, merece la pena intentarlo.
Eso
sí... Asegúrate... Hay brazos al otro lado de la sala!!!
Entre
otros, los míos, si te hacen falta, porque... NO ME CANSO!!!
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Y… ya!!!
We are searching our utopia in a continuous present
continuous!!!!!
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fbercebal@naque.es