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lunes, 14 de enero de 2013

Riesgo... que no locura!!!


Riesgo... que no locura!!!

Entrenamiento Creativo / devising Training · Teatro de Creación / Devising Theatre · Pedagogía de la Expresión / Expression Pedagogy · Gestión de Grupos y de Equipos / Group and Team Management · Gestión del Tiempo y del Espacio / Time and Space Management · Expresión y Teatro en ámbito educativo / Expression and Theatre in Education · Técnicas Creativas y Expresivas en ámbito de empresa / Devising and Expressive Technics in Bussiness · Drama / Drama


 

Uno de los grandes autores de todos los tiempos, un tal 'Anónimo', hizo un comentario a la entrada anterior que os aconsejo que leáis. Y ya que estáis leéis también mi respuesta.
En cualquier caso, en la 'microconversación virtual', me comprometí con él, a que la siguiente aportación a este blog versaría sobre el riesgo.
A él le gustó y hoy, aquí, fiel a mis compromisos como suelo hacerlo siempre, hablaré de riesgo.

La idea embrión de este texto parte de que el empresario, que suele tener imagen pública de tiburón codicioso, es más que defendible por este otro extremo: Es el que arriesga para avanzar. Pone su esfuerzo, su economía, y su capacidad de impulso para otros, para lograr resultados que, por supuesto quiere que sean positivos para él y, si realmente es un buen empresario, quiere que sean positivos para la gente que trabaja con él (más que para él) porque así el proyecto crecerá o se consolidará entre todos, con una base mayor.
En definitiva, quiere que sea positivo para la sociedad, aunque lo veamos desde el punto de vista más egoísta posible, porque si la propia sociedad no lo considera positivo, su propio proyecto se irá a pique.

Y todo ¿de dónde arranca? De que un empresario arriesgue.

En teatro, si un productor solo busca la rentabilidad, puede que la logre por un tiempo, pero lo normal es que el equipo se le desintegre si no se siente mínimamente apoyado o valorado. Necesitaría arriesgar.

Si un director solo busca su lucimiento, y su equipo le importa... poco, puede que logre algo interesante, pero nunca algo establemente exitoso. Habrá personas que abandonarán el proyecto porque no se sentirán valoradas y, en cualquier caso, se desaprovechará potencial humano y artístico. Necesitaría arriesgar.

Vale, tanto el productor como el director han arriesgado siendo únicos responsables y valedores del proyecto, pero si no tienen una base de equipo que lo soporte, es un castillo de arena a merced de las olas. Necesitarían arriesgar confiando en el potencial de su equipo.

Perdonad que retorne a dos de mis lugares comunes. El Teatro de Creación y Los límites del círculo.

No hay que confundir arriesgar con llevar a cabo 'mi idea' sin escuchar o aprovechar a nadie más. Eso no es riesgo, es incopetencia de liderazgo.

Arriesgar es saber que no es habitual que un 'jefe' cuente con sus 'subordinados'. Arriesgar, en los tiempos que corren es contar con el trabjo de equipo aunque, con suerte, cada vez parece menos riesgo y más habitual.

En Teatro de Creación el riesgo se ve desde el otro punto de vista. La forma habitual de creación es contando con el equipo y cada una de sus creatividades especiales y profesionales.

En Teatro de Creación se arriesga cuando, llegados a un punto sin retorno, o cuando se decide volver a un punto de trabajo anterior, el responsable último, ya sea el director artístico, el director técnico o el director pedagógico, necesita tomar una decisión unilateral que desbloquee el proceso de investigación, trabajo o consolidación.

En una empresa, desde el punto de vista del Devising Theatre, debería considerarse más arriesgado tomar una decisión unilateral desde la cúpula, que una decisión consensuada u orientada por un experto en uno de los aspectos de la empresa que en ese momento precisa de ese desbloqueo o del proceso de creación.

Pero... y además... ¿Qué es realmente arriesgar?

Arriesgar no es hacer locuras... al menos no hacerlas sin red.

Cuando un empresario arriesga su dinero, sus ideas, su tiempo, trata que no sea a lo kamikaze, sino después de hacer un análisis de mercado, de cliente potencial, de posibilidades de personal ideal para su desarrollo y de un plan estratégico y económico que, al menos en el papel, funcione.

Por tanto, no estamos hablando de tirarnos del puente sin arnés, ni de lanzar a nuestra hija de diez años en parapente por primera vez sin un monitor que la lleve de la mano, que la sujete, que la conforte, que la cuide, que la abrace al llegar a tierra para descargar la tensión de haberse 'arriesgado'.

La diferencia entre arriesgar y hacer locuras es conocer los límites y controlar un arnés, un asa, una ayuda que nos sujete a nuestro círculo sin arriesgar a ciegas.

De hecho, yo os pedí y os sigo pidiendo que penséis en locuras, pero, y además, no que las hagáis sin más.
Las locuras se piensan y luego uno arriesga en dirección a la locura.

Al final, cuando uno arriesga para ampliar su círculo gracias a que alguien le ayuda, le sujeta, le anima o le apoya, de alguna manera crece y se acerca a la locura.

Cuando se consigue acceder a la locura, parece entonces que la locura no era tal.
No nos equivoquemos. La locura siempre será locura, aunque a veces tendremos la suerte de conseguir llegar a ella.

Y de hecho, ¿no es ese el fin filosófico de todo ser humano? La locura de encontrar la felicidad.

Y al final, llegamos a la conclusión de que la Felicidad no es un fin, sino que es un camino.

Ergo, la locura no consiste en alcanzarla, sino en plantearnos su conquista diariamente.

Si algún día, dentro de unas semanas, meses, años, vidas, consigues, por fin, alcanzar tu locura, no te preocupes...

Te unirás a tu locura, la abrazarás como no abrazaste a nadie ni a nada nunca y, de nuevo, buscaréis una nueva locura que alcanzar juntos.

Si quieres, probamos juntos. Sí, tú. El día que alcancemos la locura, habrá tiempo de pensar en una locura común. 



¡Y no me canso!

We are searching our utopia in a continuous present continuous!!!!!!

Aquí os espero.


¡Hasta el próximo!


Fernando Bercebal · momento Devising Consultor · Pedagogo Teatral
http://www.momentodc.es/

6 comentarios:

  1. Hacia la locura y más alláááááááá!!

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  2. Alcancemos la locura.... tu fiel seguidora!

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    1. Se agradece la fidelidad en estos tiempos que corren... La fidelidad a las ideas, a los objetivos, a las locuras... a las personas no les somos fieles. Están o no están. Son libres de circular y se agradece sobremanera que se mantengan cerca.

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  3. El riesgo entraña peligro. ¡Atención pues!
    Qué difícil es salir de los clichés. Vuelvo a repetir, claro que hay empresarios honestos, y funcionarios trabajadores, y chinos vagos y empresarios cigarra, y políticos pesebristas, y… efectivamente, no conocemos a todos.
    De acuerdo, tan admirable es la capacidad de emprender, arriesgando capital económico y humano, como la del que necesita del mecenazgo o la subvención, o la beca. Sí, sí, que esto también tiene muy mala prensa. Pero como en todo, la buena gestión en general conlleva éxito.
    Hay mucho kamikaze ¿será ignorancia? Apuesto a que sí

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    Respuestas
    1. De acuerdo amigo anónimo.
      Y en lo que más estoy de acuerdo es en lo que afirmas al comienzo. El riesgo entraña peligro. De ahí separarlo dela locura. Cuando uno afronta el riesgo en forma de locura, no es consciente del peligro.
      Pero ... y además... cuando uno afronta el riesgo conociendo sus límites y con un cierto arnés, el pelñigro se minimiza y nos quedamos sólo con el riesgo que, hay a quien incluso le hace subir la adrenalina.

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