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De hecho os confieso que estoy escribiendo el principio después de haber escrito el final.
Acostumbrado últimamente a cruzarme con personas, en los cursos y talleres que doy a empresas o que se dedican a la enseñanza, que confiesan sin pudor 'yo es que no soy creativo', me impulsa la necesidad de decir, al mejor estilo de mi tocayo Fernán Gómez... ¡Y una mierda!
¿Acaso alguien no es humano? ¿Acaso alguien no es tierno? ¿Acaso alguien no sabe bailar?
Ah, vale, nunca has probado, eres duro de pelar o te cuesta ejercer de tierno pero, y además, más de una vez te has sorprendido a ti mismo con una lágrima asomando por el motivo más 'choncho' que se te pueda venir a la cabeza, o llevando el ritmo con los dedos o con los pies.
Te falta, sencillamente, entrenamiento.
Sí, por si alguien aún no me lo había oído/leído, ¡la creatividad es entrenable!
Es cierto que puede haber personas a las que les cueste más que a otras dar respuestas creativas, tener ideas nuevas, originales, distintas o, al menos, distintas a lo que llevan respondiendo toda su vida.
En consecuencia, creen que no podrán ser creativos en sus empresas, en su forma de enseñar, en su vida diaria... y se encapsulan en su incapacidad para no asumir riesgos porque creen que no pueden creer, crecer y crear.
Y es que para poder aplicar la creatividad en lo que hacemos, primero debemos ser conscientes de que nosotros mismos somos seres creativos.
Sí. La creatividad bien entendida empieza por uno mismo.
Las preguntas claves son, ¿cómo?, ¿dónde? y ¿cuándo?
Los que nos dedicamos años, vidas, a esto de formar en cualidades intangibles, es una de las preguntas que más tememos.
¿Y dónde me puedo formar en creatividad?
Si tuviéramos menos pudor propio diríamos, cuando quieras te doy clases personalizadas u organizamos un curso grupal. (Como el de Work in Progress de la semana que viene)
Luego surge la respuesta oficial que hace decir que hay cursos de creatividad por ahí y por allá y que si localizas alguno no te dé reparo en consultar por si te puedo orientar sobre la bondad o eficacia de lo encontrado.
Lo que pasa es que las respuestas suelen remitir hacia el futuro y están condicionadas por la propia motivación y dinámica de cada uno. Ergo, si son personas que vienen de decir en voz alta 'yo es que no soy creativo', ¿podemoa esperar que se anime motu propio a buscar su entrenamiento?
Por eso yo hoy, aquí, me comprometo a, al menos una vez al mes, a través de este blog, a proponeros pequeños ejercicios de entrenamiento creativo.
Dentro de unos años igual escribimos entre todos un libro en la nube que explique los entrenamientos y los resultados para podérselo ofrecer a los que vengan detrás (ya me salió la vena difusora, lo siento).
Por supuesto que me encantaría que cada uno propusiera ejerciciso para compartir, pero no os pido compromiso.
Me curo en salud antes de empezar.
No van a ser ejercicios sorprendentes, o sí.
Algunos seguro que tú, tú y tú también, los tenéis superados... o no.
Pero y además, yo mismo los voy a poner en práctica porque hasta Usain Bolt entrena todos los días y yo no soy, ni de lejos, un Usain Bolt de la creatividad.
Os animo a entrenar y a comentar vuestros entrenamientos, vuestras frustraciones y vuestros avances.
Allá vamos!!!
CURSO DE ENTRENAMIENTO CREATIVO ON-LINE
EJERCICIO UNO
Un nuevo desayuno.
Os levantáis.
A muchos nos cuesta incluso desayunar.
Elegid un día de la semana. (Puede que si os animáis luego lo hagáis más de un día por semana.)
Y vamos a desayunar de forma creativa.
No vamos a hacer compra especial.
Necesitamos un líquido, algo refrigerado (de la nevera), y algo no refrigerado (despensa, armario).
Lo mezclamos (no necesariamente físicamente mezclado sino que lo consideramos un desayuno en su conjunto), y lo probamos.
La base del ejercicio consiste en buscar elementos no habituales, uniones nuevas y mezclas sorprendentes.
Seremos cada vez más creativos cuando nos empiece a resultar más sencillo hacernos desayunos suculentos y apetitosos con lo poco que haya en nuestras alacenas (¡qué palabra más bonita y castellana!), o cuando cada día, sin casi quererlo, nos sigamos soprendiendo.
Ah, ¿que este ejercicio ya lo realizabas y no creías que estuvieras entrenando la creatividad?
Pues aprovecha ahora y entrena de forma consciente ;-)
Y ahora os preguntaréis qué narices tiene que ver la foto que he plantado hoy de cabecera.
Estuve revisando mi amplio 'almacén' de fotografías del que hay personas que comentan que cuando voy de viaje por qué hago fotos sin salir en ellas ni quien me acompaña... bien, pues el poder usarlas de forma pública es una respuesta...
Vuelvo a centrarme (lo siento, hoy ando zarandeado por los plazos, la inminente gripe y quizás incluso por mi memoria pasada presente ... y futura, que también existe).
¿Por qué la foto? Es de la casa de donde yo vivo.
Un rincón al que me gusta acceder.
En mitad de una pequeña ciudad es una terraza tan elevada que puedo ver montañas (las escasas elevaciones que La Mancha tiene), al norte, al oeste y al sur.
Al este, 8 plantas de ladrillo me impiden ver amanecer.
Quizás por eso me gusta tanto salir a correr cuando amanece, ver amanecer en las playas que frecuento tan poco, o conducir de madrugada con gafas de sol esperando a que el 'huevo frito' asome y no me pille desprevenido...
Quizás, por la cantidad de años que llevo sin ver amanecer a diario.
Desvarío.
Ese rincón, donde cuido algún frutal y fresones y menta y tomates cherry en temporada.
Ese rincón donde muy de vez en cuando enciendo unos troncos de encina para que, al menos, la ropa y el pelo me huelan a humo, a campo... ese rincón está hecho de ladrillo ... y cielo!!!
De día, de un cielo de febrero helado y claro.
Por la tarde, con esos atardeceres de mil colores que ofrecen las nubes algodonosas de La Mancha.
De noche, tumbado a veces al lado de mi pitufa, contemplando el cielo que en más de una ocasión he tratado de describir a algún forastero y que ha sido difícil que me creyera la intensidad y la belleza sin igual que sin duda tienen los millones de estrellas que soy capaz de alcanzar a contar.
Sí, soy capaz de contar millones de estrellas.
Soy capaz de tocarlas con la punta de los dedos.
E incluso soy capaz de... ser creativo.
Esta terraza es sólida, o al menos lo aparenta.
Tiene grietas, la solera se resquebraja con las heladas y alguna gotera mancha sus paredes.
El ladrillo, no obstante, le da apariencia de solidez extrema.
Encima de ese ladrillo, una barandilla sencilla, cilíndrica tan o más sólida que el ladrillo, para agarrarse, para sentirse seguro.
Y por encima, el cielo... para volar... para lanzarse más allá de los límites... para creer, crear y crecer.
No empecé a escribir el post antes de localizar la foto.
Cómo podía convencer a nadie de que todos somos cerativos y que además podemos parecerlo!!!
Simplemente necesitamos una buena base de ladrillo... Sólido, fundamentado, bien compactado, de técnica, de vivencia y de práctica.
Simplemente necesitamos una buena barandilla donde amarrarnos antes de saltar. Un algo o un alguien que sepamos que va a estar ahí sujetándonos. SIEMPRE. Sin cansarse.
Y simplemente, y sobre todo, necesitamos un cielo, amplio, claro, helado si hace falta, dispuesto a recibir todas nuestras propuestas abierto de par en par.
Y entonces recuerdo ese microcuento que me bulle desde que se lo escuché a los Albo (Félix Calatayud y Pablo Pérez) y que en la fiesta de fin de curso pasado les hice contar a unos alumnos ilusionados de 4º de la ESO.
Un niño hizo un avión de papel y se lo puso en la mesa a una niña.
Al día siguiente hizo dos.
A la semana, el pupitre estaba lleno
Al mes, la clase llena.
Al trimestre, el patio lleno.
No cruzaban palabra.
Ella entonces le miró y le hizo una sola pregunta. '¿Por qué?'
Y él, como cualquiera de nosotros cuando intentamos hacer algo creativo.
Como cuando buscamos respuestas a cuestiones que desde la lógica no la tienen.
Como cuando damos por bueno algo que se nos acaba de ocurrir y que sin duda es lo mejor que se nos ha ocurrido aunque pensemos que hay siempre un N+1 de respuestas...
Entonces, llenos de energía, de ganas, de creencia en nosotros, dispuestos a crecer y a crear... le respondemos.
PORQUE TÚ ERES MI CIELO!!!
Y NO ME CANSO!!!
We are searching our utopia in a continuous present continuous!!!!!
Aquí os espero
¡Hasta el próximo!
Fernando Bercebal · momento Devising Consultor · Pedagogo Teatral
Interesantísimo y lleno de energía. Que no te pueda el olvido.
ResponderEliminarCómo me gustaría ponmer cara a lso que escribís anónimos.
EliminarLas frases, sabiendo de quieen vienen, tienen significados distintos.
En cualquier caso, gracias por la primera frase y prometo ser fiel a la segunda.
Un abrazo.
Gracias, gracias, gracias!!!
Querido Fernando,
ResponderEliminarQuerido, porque te quiero sin conocerte, quiero las blancas palabras que plasmas en este fondo negro. Es un placer leerte. Es así, no hay remedio. Después de tus palabras poco más me queda por decir y hoy lo ilustraré con una foto! oh.. si no puedo colgar una foto! entonces pondre el link.
http://www.facebook.com/photo.php?fbid=510800078958192&set=a.206109959427207.48795.194508430587360&type=1&theater
No he podido evitar ilustrar una parte se tu todo.
Quiero más fotografias así. De esas que descubren la intimidad sin ser contada, la creatividad sin ser ostentosa, de esas que crean historias tan distintas que podrían igualar en número a las estrellas del cielo. Buenos dias.
http://emmadalmases.wordpress.com/
Jo!
EliminarEs la palabra que me suele salir cuando me quedo sin palabras.
Gracias.
Por la ilustración que viene como anillo al dedo.
Por tus palabras que animan a seguir.
Or quererme sin conocerme.
Dicen que es más fácil querer a alguien cuando no se tiene que convivir con él.
Pero y además, creo firmemente que si se quiere a alguien en la distancia, eso ya no hay quien lo desmorone.
Un beso manchego curado y en aceite!!!
Soy otro de esos anónimos al que alguna vez conocerás. Dame tiempo, mucho tiempo. Soy como el perro apaleado y abandonado al que la vida le enseñó a desconfiar tanto que cuesta mucho que se acerque al trozo de pan aunque esté hambriento. Miedo.
ResponderEliminarHay otra versión: El avión lo dejó una niña, que era mucho más creativa que el niño. El niño, un poco gilipollas, no se enteraba de nada. Al mes, la profe estaba hasta las narices, y la señora de la limpieza (que era un señor travestido) estaba hasta los huevos y además se ganó un “repasito” de la directora que era una borde. Al trimestre todos los niños del colegio tenían aviones y el cielo en el recreo se teñía de pajaritos blancos. Coño, qué bonito. Todos sabían lo que pasaba menos el gilipollas. La niña, harta de su incomprensión se fue a jugar con otras niñas y niños olvidó para siempre al gilipollas, que cuando se dio cuenta era demasiado tarde. Y todo esto viene porque el gilipollas era el que está escribiendo ahora. No eran aviones, pero ahora los acabo de ver.
Te doy todo el tiempo que... desees y necesites.
EliminarMe encantan las versiones.
Me he dedicado más de media vida a traspasar conocimientos y a que los demás hagan sus propias versiones.
No sé si alegrarme o no por ser parte del motivo de que ahora veas los aviones.
Pero sí me alegro de que te atrevas a enfrentarte al 'miedo' de escribir.
Gracias!!!