Bienvenida · Welcoming

miércoles, 31 de diciembre de 2014

El tiempo... Una dimensión alterada!!!

El tiempo… Una dimensión alterada!!!





¿Cuánto dura un reloj de arena?

Sí. Yo también he caído.
Como empieza un nuevo año, parece que hay que escribir, felicitar, desear, recordar, reflexionar, ponderar y todos los infinitivos que se nos ocurran.

Parece que el uno de enero de cualquier año empiezan cosas únicas, distintas, nuevas…
¿Por qué?

Consideremos que el tiempo no es más que otra dimensión.
Como el resto de dimensiones, sirve para medir, unir, separar, distanciar, marcar ritmos…
La dividimos en dimensiones porque los seres humanos necesitamos referencias…

Sin embargo, cuando pedimos que nos corten el fiambre fino, no utilizamos medidas de anchura. Utilizamos sensaciones, colocamos los dedos más o menos cerca y decimos ese ‘así’ tan bonito que el charcutero interpreta a su antojo.

Cuando nos citamos con alguien en una ciudad desconocida, no preguntamos la distancia en unidades de medida internacional. Usamos el consabido ‘está cerca de…’ o ‘pegaíto a…’ o incluso utilizamos otra dimensión como el tiempo para definir que está a menos de 5 o 10 minutos.

Y si hablamos de altura, ya sabemos esa sensación que se cura con la edad, de lo altísimo que tu profe de infantil guardaba aquello que tanto te gustaba y escondía en un estante inalcanzable de la clase. Con los años, nos sorprendía que eso pudiera ser un escondite ‘tan a la vista’.

Desde luego, no decimos que vivo a 245 kilómetros ni que tu ventana está a 4,5 metros del suelo, ni que tus ojos son inmensos con esos 3,85 centímetros del lacrimal a la otra punta (que no sé si tiene nombre).

Si el tiempo no es más que otra dimensión… ¿Por qué nos empeñamos en repasar los 365 días inmediatamente anteriores a un 12 de diciembre a las 12 horas de la noche?
¿Por qué no repasar los últimos 29 o los últimos 1.273 días de tu vida?
¿Por qué tomar como medida un año?

¿Y por qué desear lo mejor en los próximos 365 y no que tus deseos se te cumplan en tres meses, en 34 días o esta misma noche?

Normalmente, las cosas importantes de la vida no tienen medidas exactas de longitud, anchura o altura. Menos aún, no duran porciones exactas de tiempo.

Una vida!!!
¿Qué es una vida? ¿Un segundo? ¿Un año? ¿90?
Sí parece que estamos seguros de que un ratito no es una vida y para un ratito hay cosas que preferimos no iniciar …
Pero y además, hay instantes que se nos hacen eternos… A veces por lo que cuesta soportarlos y a veces porque nos llenan a borbotones y parece que no acaban jamás!!!

¿Una buena sesión de creatividad debería durar 45 minutos? Eso dicen los popes de la creatividad, pues es la duración máxima de la capacidad de atención de un auditorio…
¿Dos horas? Entre lo que se tarda en arrancar y lo que se pierde en vano…
¿Lo que el cuerpo aguante? Mientras vosotros no queráis parar yo no paro…

Y cambiar la educación, ¿qué nos va a llevar?
¿Una generación?
¿Dos cursos?
¿La vida misma?

Y la felicidad… ¿Cuánto dura?
¿Lo que un beso?
¿Lo que una mirada?
¿Lo que un alumno en darte las gracias años después de haber salido de tus manos?

Una sonrisa puede permanecer grabada SIEMPRE.
Y un enorme canal interoceánico se puede atravesar en apenas unas décimas de segundo.

El tiempo es una dimensión alterada.
Está constreñida por los calendarios, los relojes, los cronómetros, los nanosegundos de respuestas del click de un ratón o de la pulsación de nuestro dedo en la pantalla.

Sin embargo, si bien la altura, la anchura y la longitud son dimensiones que, razonablemente estimamos comunes aunque para algunos es alto lo que para otros bajo, etcétera, el tiempo….
El tiempo está alterado porque no lo sabemos manejar ni tenemos referencias que nos sirvan a todos.

Por eso me encantan los relojes de arena.
Porque, ¿cuánto dura un reloj de arena?

Pues, ¡¡¡exactamente el tiempo que tardemos en girarlo!!!

Sí. Me encantan los relojes de arena porque el ritmo, y la dimensión del tiempo se la damos nosotros a nuestro antojo.

Y estaréis de acuerdo conmigo en que hay momentos en que desearíamos que el tiempo se detuviese o se estirara como un chicle, y momentos en que desearíamos que el tiempo pasase como un rayo sin apenas dejar rastro.

Yo quiero un reloj de arena y quiero que mi vida transcurra al ritmo que yo le de vueltas…

Ya sé que diréis que eso es imposible. Que el tiempo es inexorable. Que el día tiene 24 horas y que hay veces que uno no da más y otras que nos hartaremos de esperar para… nada….

Pues yo os digo que lo voy a intentar.
Que voy a vivir mi reloj de arena y que cuando lo necesite le daré vueltas como si de un yoyó se tratase y otras que intentaré que la arena caiga grano a grano para que todo dure mááááááááásssssss.

¿No perseguimos la creatividad?
¿No queremos ser distintos, divergentes, divertidos?
¿No buscamos denodadamente aquello que nos haga felices?

Pues yo quiero mi reloj de arena.
Para alterar el tiempo y el resto de dimensiones….

Y si la arena es verde… Miel sobre hojuelas!!!

Espero vuestras opiniones…

Y no me canso.
Por mucho que tenga que esperar!!!
Ya me encargaré de darle las vueltas al reloj de arena, según nos convenga!!!

We are searching our utopia in a continuous present continuous!!!!!

Os espero…

En algún lugar, hacia alguna parte…

Y, con respecto al tiempo… SIEMPRE!!!



Fernando Bercebal · momento Devising Consultor · Pedagogo Teatral
Puedes compartir los contenidos de este post con todas las personas a las que creas que pueda interesarle. 
fbercebal@naque.es

No hay comentarios:

Publicar un comentario