Este vuestro
blog no podía faltar a la cita en un día tan señalado como el de hoy: El Día
Mundial de la Creatividad y de la Innovación.
Curiosa relación
la de este blog con la efeméride, pues la última entrada que escribí antes de
mi silencio para rematar mi tesis, fue precisamente un 21 de abril, pero de
2017, cuando en este día aún solo se celebraba el Día Internacional de la
Creatividad.
Un año
después, en 2018, la UNESCO instauró la conmemoración que se celebra este 2020
por tercera vez.
Y
aprovecho este cambio de nombre, de advocación del día, para reiterarme en uno
de los temas en los que más me gusta ahondar. La diferencia entre creatividad e innovación.
Hay quien
piensa que son los mismos perros con distintos collares, y se podría aumentar
la lista con el día de la creatividad, la innovación, la divergencia, el
pensamiento lateral, la intuición…
Está
claro que cuanto más larga haga la lista, más insostenible es pensar que son la
misma cosa en contenedores distintos.
No. O al menos
yo estoy convencido de ello.
La
creatividad no es lo mismo que la Innovación.
En primer
lugar, para situar el proceso cognitivo lógico, se puede ser creativo sin
innovar, pero y además, es imposible innovar sin ser creativo.
En
sentido opuesto, habrá quien piense que ser creativo para no innovar no es ser
creativo. Y a esto simplemente habría que apuntar que, si bien la innovación es
uno de los objetivos del pensamiento creativo, no es, ni mucho menos, el único.
Y de esta
misma idea, sonsacamos la más clara diferencia entre creatividad e innovación.
Sus objetivos.
La
innovación tiene tres objetivos básicos.
- .- Lograr un pequeña mejora (o grande) en el uso, la aplicación, el rendimiento… del objeto de trabajo.
- .- Conseguir un cambio sustancial, es decir, en la esencia del concepto o la realidad trabajada.
- .- Alcanzar una solución distinta a las ya aplicadas hasta ese momento para el problema a resolver o la aplicación a desarrollar.
Ahondando
un poco, hay quien atribuye a Einstein la famosa frase de ‘Si buscas resultados
distintos, no hagas siempre lo mismo’. Y asocian esta frase al concepto de
creatividad, cuando realmente se refiere al proceso de la innovación.
Lo que
sucede es que, para poder lograr mejoras, hay que hacer muchas pruebas
distintas; para conseguir un cambio sustancial, hay que intentar muchas
modificaciones; para alcanzar soluciones o resultados distintos, hay que
plantearse muchas y variadas opciones.
Y si bien
el objetivo común es la innovación, la herramienta para conseguirlo no es otra
que la creatividad.
Porque creatividad, como ya he repetido en muchas ocasiones en este blog, no es tener
ideas sublimes, geniales y repentinas, sino acumular la mayor cantidad de ideas
posibles y distintas, para dar con la más adecuada o la que más nos convenza.
Por esto precisamente,
a veces, la creatividad no busca innovar.
Busca
tener opciones para elegir, para repetirse, para disfrutar, para resolver
conflictos, para ser más evidente o más insondable, más nítido o más oscuro, más
sonoro o más callado, más dulce o más amargo, más espiritual o más terrenal,
más abierto al saber o más ignoto, más innovador… O… No!
La creatividad acumula experiencias, conocimientos, encuentros y saberes. La
innovación elige, coloca y distribuye ese saber para conseguir ciertos objetivos.
Lo que
sucede es que no es solo la Innovación la que se nutre de la creatividad. También
la resolución de conflictos usa y abusa de ella; el arte, en todas sus
manifestaciones, la gestión de las emociones, y la inteligencia emocional; la
cocina, la nouvelle y la tradicional; los juegos de mesa y los de toda
la vida; las canciones populares y Prince, que murió tal día como hoy hace
ahora 4 años…
Si, no es
lo mismo ser creativo que innovador, pero y además, si la innovación se nutre
del pensamiento creativo, no se puede intentar ser innovador sin entrenar la
creatividad.
Es como
el actor que pretende ser un gran improvisador sin entrenar su cuerpo y su voz
en el espacio.
Puede que
tenga suerte de vez en cuando, aunque lo más probable es que acabe fallando por
su falta de técnica esencial.
La
creatividad es la técnica esencial que necesita una persona para llegar a
innovar.
Y el
convencimiento de que es entrenable, es la esperanza para llegar a pensar que la
innovación es inagotable.
¡Feliz Día! ¡¡¡Seguid entrenando!!!
¡Gracias por seguir leyendo y, por supuesto, no solo se admiten,
sino que se agradecen comentarios!
Yo estoy aquí porque vosotros estáis aquí..., y viceversa.
#Creatividad
#Innovación
#FernandoBercebal
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