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miércoles, 8 de mayo de 2013

La 'no-expresión'



La ‘no-expresión’
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Un vano abierto al exterior... una señal de prohibido?... una barrera?... una muralla?


La ‘no-expresión’.


Así me gusta llamar a los momentos en que dejamos reposar nuestras ansias de expresarnos, sobre todo cuando acabamos de aprender algo nuevo.


Los niños no dejan de balbucear cuando aprenden a hacerlo.

No paran de hablar cuando comienzan a hilar frases coherentes.

No cejan en su empeño de lanzar preguntas por muy ilógicas que parezcan, porque acaban de aprender que a una pregunta le suele ‘perseguir’ una respuesta lógica… o no.

Y cuando les enseñan a dibujar o trazar, cualquier pared o superficie es susceptible de convertirse en lienzo.


Cuando ya de jóvenes o adultos aprendemos algo que nos ilusiona o nos satisface, tendemos a mostrar nuestros avances de forma inusualmente expositiva.


Como quien se compra ropa y se la pone antes de salir de la tienda.

Si hemos aprendido algo nuevo, ¿por qué no vamos a aplicarlo cuanto antes?

La cuestión no es si aplicarlo o no, ni siquiera si antes o después, sino considerar que no hay por qué aplicarlo de forma continua e indiscriminada.

No nos quedamos con la ropa puesta dos semanas, ¿no?



Cuando aprendemos a bailar bailes de salón no solemos ir bailando por las calles.

Cuando aprendemos un idioma, no solemos ponernos a hablar en ese nuevo idioma con todo hijo de vecino.



¿Por qué cuando aprendemos expresión, en general, pretendemos mostrar de forma continuada lo que sabemos?

¿Por qué un nuevo orador no para de hablar?

¿Por qué un nuevo pintor no deja de pintar?

¿Por qué un nuevo actor no deja de interpretar?

¿Por qué un nuevo improvisador no deja de improvisar?

¿Por qué un nuevo ‘expresador’ no deja de expresar?



Pareciera a veces que lo de expresar tiene más que ver con lo de exprés, urgencia, que con exteriorizar para comunicar.



¿Qué pasa con el silencio?

¿Qué pasa con el vano?

¿Qué pasa con la quietud?

¿Qué pasa con el blanco?



Reivindico la no-expresión como una expresión más.


Dicen que las grandes obras musicales provocan más sensaciones con sus silencios.

Que las grandes obras de arquitectura, catedrales, atrios, puentes, lo son por sus vanos.

Que la belleza de una danza está en los momentos de perfecto equilibrio y quietud.



Reivindiquemos callar cuando hablemos, parar cuando nos movamos, ausentarnos cuando estemos, dejar de improvisar e interpretar constantemente.



Y entrenémoslo!!!


Aunque haya defendido la no-expresión, no estoy diciendo que siempre sea igualmente efectiva, positiva y sorprendente.


Yo he silenciado este blog durante más tiempo del habitual, y el resultado puede ser que algunos lectores lo recibáis con más interés o puede que para otros, ese interés haya decaído en la espera.


Cada uno tenemos un umbral que determina cuál es el momento crucial en el que la ausencia de algo pasa de incrementar poco a poco su interés, hasta, que alcanzada una cima, uno abandona la espera de algo y renuncia a la nada.


Un puente con la luz de su arco inmensa, puede ‘deslumbrar’ a algunos y a otros les puede resultar ‘vacío’.

Un momento de equilibrio de larga duración en un trabajo corporal puede ‘dejar de piedra’ a algunos y a otros ‘hacer removerse’ en la silla.

Un momento de calma tendida y larga en una interpretación convulsa, puede ‘dejar sin respiración’ a algunos y a otros los puede ‘impacientar’.



Por eso no se pueden poner silencios a la expresión simplemente porque sí.

Hay que pensarlos, estructurarlos y decidirlos.

En definitiva, la no-expresión hay que entrenarla.

No os olvidéis de ella.



Sólo una pincelada personal más, como siempre, para acabar.

Hay personas que nos pasamos la vida sonriendo, o diciendo todos los días te quiero.

Hay personas que nunca lo decimos ni sonreímos.

¿Qué impresiona o expresa más y con más fuerza?

Quien un día, por primera vez, sonríe o dice te quiero…

O quien un día por primera vez, deja de hacerlo o decirlo…

Os dejo pensando.



Yo, por si sirve de algo, seguiré empeñado en provocar la sonrisa y la frase en ti…




Y NO ME CANSO!!!

We are searching our utopia in a continuous present continuous!!!!!

Aquí os espero.



¡Hasta el próximo!

Fernando Bercebal · momento Devising Consultor · Pedagogo Teatral







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2 comentarios:

  1. No había tenido oportunidad de leer este nuevo post, Fernando, me gusta mucho la reflexión a la que invitas. En un mundo que nos pide llenar cada segundo del día de actividad, aprender a entrenar el silencio (que ayuda a escuchar la voz interior que tanto olvidamos),a contemplar el vacío, la "nada" que tanto contiene, como medio para el crecimiento personal me parece muy interesante. Fácil, no, pero para eso es un reto en un entorno estresante y que nos coarta la verdadera expresión si lo permitimos. Muchísimas gracias, como siempre, ya tengo algo interesante en qué pensar hoy. :)
    Un beso!

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    Respuestas
    1. Creí haberte respondido pero no debió grabarse.
      Gracias a vosotros que le dais sentido a lo que escribo... leyéndolo... Y que lo engrandecéis... comentándolo.
      Y ahora... me callo ;)

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