Supongo que muchos de
vosotros habréis oído o dicho esta frase: Nunca digas la última!!!
O quizás mejor, habréis
dicho u oído: La penúltima.
Cuando te tomas una caña con
su tapita, o los que os tomáis copas, o la última partida a un cierto juego de
cartas o…
En fin, que cuando uno
afirma que es la última vez que sucede o va a hacer algo, está cerrando la
oportunidad a que se vuelva a repetir.
En el pensamiento creativo,
más de una vez lo he citado ya, Georges Laferrière repetía su concepto del N+1.
Son las infinitas opciones que tienes para hacer algo. Cuando crees que has
probado todo, que se te ha ocurrido todo, que has optado por todo, siempre
existe un ‘+1’ que te vuelve a abrir la puerta para crear, crecer o creer en lo
que haces.
La semana pasada colgué una
foto en Instagram haciendo referencia a mi última clase con un grupo de alumnos
en TAI y como dos alumnas me habían traído dos manzanas como rito de despedida
a un profesor que daba su última clase.
Sin embargo, alguien (María
Jesús Salsoso, coach de emociones) dijo con buen criterio como comentario… ‘Nunca
digas la última!!! Siempre hay más!!!’ Y no podía estar más de acuerdo con su
comentario.
El pensamiento creativo si
algo tiene, es que tiene que mantener abiertas las puertas y ventanas de forma
constante, aunque parezca que ya haya entrado y salido todo lo que tenía que
atravesarlas.
La probabilidad de que un
pensamiento nuevo se base en uno ya reiterado es la misma que la de que surja
uno nuevo sin buscarlo.
Siempre ha resultado chocante,
pero aunque parezca mentira, la probabilidad de que salga la misma combinación
de la primitiva dos semanas seguidas, es igual que la de que salgan números
totalmente distintos, porque todas las opciones vuelven a estar intactas.
Pues así debe funcionar el
pensamiento creativo. Debe estar abierto a que la última vez no exista, la
última clase no exista, la última caña no exista, porque ser creativo no
significa ser constantemente distinto, sino aprovechar la mejor de las opciones,
aunque esta sea repetir la ya conocida.
Fluir. Eso hay que hacer con
la creatividad. Dejarla fluir. Si te cierras a pensar que algo que hacías hasta
un cierto momento de tu vida no se va a repetir, cierras las puertas a que la
probabilidad actúe con absoluta libertad.
Y la creatividad necesita libertad
absoluta para crear, crecer y creer en lo que haces.
Realmente, terminaré
diciendo que fue mi última clase con ese grupo… por ahora. Quien sabe si, en
otro momento, en otro lugar o en otras circunstancias me volveré a cruzar con
alguno de ellos o con todos, para seguir compartiendo fragmentos de vida
aprendiendo mutuamente.
No cerréis ventanas y
puertas. Fluid!!!
Yo llevo más de media vida
abriendo puertas en el mundo de la creatividad y la expresión a muchos
profesionales de la educación, el arte, la empresa y muchos otros ámbitos y sé
que luego, se tiran por las ventanas que les da la gana.
Y eso, sin duda, me hace
creer más aún en que la forma en que comunico es válida, porque no les hago
cerrar un solo camino, sino que abro puertas para que las crucen… O no!!!
¡Gracias de nuevo a los
alumnos de ese grupo, y a todos los alumnos con los que he compartido momentos
de crecimiento en común! Quién sabe si nos volveremos a encontrar algún día.
Yo estoy aquí porque
vosotros estáis aquí..., y viceversa.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMi querido Fernando, no puedo estar más de acuerdo contigo.
ResponderEliminarNo te haces una idea, de la cantidad de veces que he dicho, esta es la última vez que ....y siempre he vuelto a repetir. Así que, la última vez que fui consciente de que estaba repitiendo patrones, me encogí de hombros, y deje que fluyera. Así hasta la fecha