Andaba yo preparando una sesión de creatividad dentro del Seminario de Entrenamiento Creativo y Expresivo, y se me cruzó una idea: '¡Nunca me acuerdo de hablar de la memoria!'
Vale, es un juego de palabras. Pero y además, es la pura realidad.
Tan enfrascados estamos en pensar que la creatividad trata de buscar soluciones, ideas nuevas, asociaciones inexploradas..., que se nos olvida que las ideas que genera el pensamiento creativo, normalmente, las situamos en nuestro intelecto en comparación con el resto de ideas que tenemos almacenadas.
Ergo, memoria.
Esa denostada aptitud de la que presumíamos algunos al aprendernos todas las capitales del mundo con sus ríos y afluentes, o jugando al Natur Memory, ese juego de mesa consistente en levantar dos fichas de entre las cien colocadas boca abajo en el tablero, para hacer parejas memorizando el lugar donde antes otro había levantado su igual.
La memoria. Desterrada casi de los sistemas educativos, porque se la asocia con modelos de enseñanza aparentemente superados.
¡Qué equivocados estamos! ¡Y cuánta gente pensaría lo mismo si analizara que la memoria es un elemento esencial para el desarrollo de la creatividad!
Si tenemos en cuenta que la creatividad es la aptitud más valorada por las empresas en la era post-covid, estaremos de acuerdo en que todo lo que mejore el pensamiento creativo tendrá la misma valoración positiva.
Y si la creatividad es el esfuerzo constante por hacer que nuestro cerebro piense de otra manera, y consiste en generar cuantas más ideas mejor para poder elegir entre ellas la que nos sea útil para un para qué, tendremos que partir de un gran almacén de ideas que resulta que se consigue llenar a base de memoria.
Y creo que puedo aportar una idea de la mala fama de la memoria.
Creo que no se es consciente de los distintos tipos de memoria que existen, y eso nos hace identificar cualquier tipo de ejercicio memorístico con la memoria semántica.
Sí. Ese tipo de memoria (existen multitud de taxonomías de memorias pero me ceñiré a la más consensuada), consiste en recordar las cosas por su nombre. Por su significado o su significante.
De hecho, cuando algún estudio científico concluye que tal animal o vegetal tiene memoria, nos resulta chocante porque pensamos directamente en la memoria semántica, y no nos acabamos de imaginar a una lechuga memorizando la lista de los reyes godos.
Hay más memorias, algunas no son objeto de esta reflexión, pero os voy a recordar otras..
Paso de puntillas por la memoria a corto y largo plazo, que se diferencian en el tiempo transcurrido entre la grabación y la recuperación de la grabación, así como en la intensidad y capacidad de perdurar de cada una.
Me voy a detener en otros tres tipos de memoria: la eidética, la episódica y la sensorial.
La primera es la llamada memoria fotográfica, cuyo nombre más erudito ha popularizado Sheldom Cooper, si es que este personaje de la serie Big Bang Theory es popular (no se nota que soy fan).
Esta memoria identifica a unos sujetos capaces de acordarse del detalle al máximo, fotográficamente. Toda esa información no es solo pura curiosidad. Esa memoria ayuda a potenciar la capacidad de pensamiento y creativa, ya que los detalles son lo que muchas veces hace diferenciar a una idea de una gran idea.
La segunda, la memoria episódica, tiene que ver con el lugar, la situación, el momento y la compañía del hecho a recordar.
Me gusta decir que los viajes los recuerdas por lo que comiste, con quién, dónde y cuándo. Sí, la memoria nos sitúa y nos hace revivir momentos que se han grabado a fuego en nuestras neuronas, y no por sus nombres o por su imagen, sino porque suponen un episodio de nuestra vida en si mismos.
La creatividad se nutre de estos momentos para plantear otros iguales, distintos, parecidos o disparatadamente absurdos, en relación a los ya experimentados.
Finalmente, cerraré este corto paseo por la memoria sensorial o sensitiva, aptitud que se suele entrenar mucho en según qué corrientes artísticas y sobre todo escénicas, para intentar reproducir al personaje a encarnar.
Pero no nos equivoquemos. Es la misma memoria que entrenan duramente los chefs o los catadores o perfumistas. Necesitan un banco inmenso de memoria sensorial para poder ser lo más creativos posible en su trabajo.
Y esta si es uno de los tipos de memoria que hace que ciertos animales y plantas desarrollen esa capacidad. Reconocen colores, sonidos, tactos, para identificar a un amigo de un enemigo o de un alimento.
Pues quien lo iba a decir, pero sí, al igual que del pensamiento convergente, y no solo el divergente, la creatividad precisa de la memoria para poder desarrollarse. Es un caldo de cultivo donde reproducir y multiplicar las propuestas creativas.
Por tanto, si somos coherentes y pensamos que la creatividad es el arma cargada de futuro, recordemos que la creatividad no se entrena siendo creativo sin más, sino desarrollando cualidades y aptitudes que la provocan y la cultivan como, entre otras, la memoria.
Os recuerdo que yo estoy aquí porque vosotros estáis aquí..., y viceversa.
¡Gracias por seguir leyendo y, por supuesto, no solo se admiten, sino que se agradecen comentarios... y recuerdos!
#fbercebal
#ñaqueeditora
#creatividad
#teatrodecreacion
#devisingtheatre
Somos sobre todo nuestra memoria y nuestra historia. Esa vida que nos ha llevado a un punto preciso, nuestro presente, desde cual podemos mirar atras para dar sentido a lo que vendra despues...Si viene, claro, porque el futuro no llega hasta que ya no lo es. Eso es lo que nos deseo a todo: vision restrospectiva para llegar a un futuro mejor y mas pleno, mas sabio y mas feliz.
ResponderEliminarDicen que el objetivo último de la vida, el 'aim' que dirían los ingleses, es ser feliz. Y que la felicidad no se consigue, se persigue y se disfruta. Sí. Creo que la creatividad bien entrenada te hace más feliz!!!
EliminarBuena entrada. La memoria es para la creatividad lo que el suelo pata un corredor. Sin suelo, el atleta correría en el aire. Sin memoria, la creatividad se desvanecería en el vacío.
ResponderEliminarMuxhas gracias por tus entradas.
Vicente García Campo
Dadme un fulcro (un punto de apoyo) y moveré el mundo. Pero sin él... Gracias a vosotros por estar ahí!!!
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